sábado, 3 de marzo de 2018

Kilómetros a la espalda

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Ya os hablé fugazmente de SilviOrión (aquí y allí también). Hoy... un poco más largo y tendido me adentro en lo primero que supe de ella: el audiovisual que da título a esta entrada. Lo gracioso de cómo te acercas a algunos artistas, es cuando alguien te lo recomienda o comenta en plan "haces algo semejante a tal" (que en este caso en mi cabeza se escribió un "ya quisiera yo...").

Kilómetros a la espalda puede que fuese uno de sus trabajos de clase porque salió en 2008 y ella se licenció en Comunicación Audiovisual en el 2009. Su currículo formal menciona que después hizo un Máster en Guión, Dirección y Producción de Cine, se especializó en Dirección Artística (escenografía, arquitectura efímera, decorados…), pero también ha hecho cortometrajes, videocreación, etc. Ha participado antologías, revistas, fanzines, perfomances y colectivos. Cuenta con su propio taller de pintura El Espacio y tienda online, pero se deja caer por exposiciones temporales en bares, festivales de música, galerías y centros culturales. Ha escrito muchos libros-happening y Veinteañeros (ed. Amargord, 2015) es su primer poemario publicado (que ya va por la segunda edición). También podéis leerla en su blog y/o estar al tanto de lo que hace.



Así que hoy tocaba compartir ése poema. El original. Después ha aparecido en algunas lecturas pero en todas hay un latido distinto. Aunque la experiencia y la distancia te hagan evolucionar tu dicción, los tempos y otras parafernalias de puesta en escena... me quedo con el pellizco de la pasión.


Kilómetros a la espalda:
Antes de poner en duda una sola de mis palabras
dime cuándo te he mentido,
porke puedo equivocarme pero no te engañaría
puedo girar bastante más deprisa de lo ke luego tardo en equilibrarme
puedo maltratarlo todo aunke lo kiera
y hay cuando no tengo nada y puedo con todo
y hay cuando no puedo con nada y, además, no lo kiero

puedo escribir páginas y páginas de mentiras en primera persona
ke nada tengan ke ver con mi ánima
ni con el ánimo de mi karma, ni con nada de nada
cada kilómetro a la espalda le resquebraja a cada uno de una manera distinta el espejo
y yo sólo voy dejando akí y allá pruebas inexactas de pensiero
y hay veces ke ni eso
te juro mi vida ke hay veces ke ni eso

golpear y resbalar indistintamente piel a pared
moratones vitalicios sin memoria
cada herida es un misterio en la resaca, y ké kieres ke te diga
tampoco procuro entenderlo
sentimientos

entre abrazos te dices “ui ké va, o bueno, puede ke sí”
y al día siguiente a la distancia le soplas
“me salen chichones de pensarte, amor
cómo dueles, y eso ke pienso ke no te kiero
y eso ke esta vez sí ke miraba por donde iba pisando”

porke el –se mira pero no se toca-
equivale al –se siente pero no se entiende- en cuanto a tentación
y a los sentimientos se la traemos bastante floja
te lo digo por experiencia
de cuando yo nah más ke he sido eso,
sentimiento

desarraigarse
mandarlo todo, maldita sea, por una vez, al infierno
ser uno mismo a riesgo de caer en picado y para siempre en el intento,
porke la vida sin peligro es como el mundo sin John Lennon
gris manicomio
casi humo

akí me tienes
haciendo un cameo en tu vida
soy sólo el delirio en ayunas de nuestras intenciones reflejadas en miradas así modernitas dentro de gafas de sol, soy sólo eso
soy sólo reacción, estoy akí de rebote, de mayor kiero ser instinto
akí me tienes
con mi idilio de garrafón convertido en gas lacrimógeno
estos son mis credenciales
te tomo prestada la mitad de tu pasado para derrochar innecesariamente cariño
porke es como yo, inútil pero bella.

Idílicamente tú, idílicamente yo
dime si el delirio no es una inmortalidad más a la ke aferrarse
con todos los crucis ke kieras si piensas pagar con intereses tus deudas
tus deudas tuyas,
en el fondo mentimos como cosacos
diciendo ke en vez de evitar hundirnos, nos place la deriva
y ke va en serio eso de ke estamos loca y alegremente confundidos
y tememos pokito más ke la inseguridad
pero en fin, cada uno con su pedo

antes, mucho antes de jugar a kerernos
me acuerdo de situaciones lumínicas escandalosamente aburridas

antes de ponernos a hablar como si leyésemos todos los días los periódicos, he de leer en tus cicatrices ke ha habido cuando no sabías en ké día vivías
ni ké mundo era éste
de amenazas legales especializadas en alas
y tú como si nada

dime cómo de absurdo es preferir el amor a primera vista
a torpes, torpes, intentos de soledad chamuscada
ahora ke nos las damos de genios
y de ágiles
y de ke vamos serenos
con eso de ke nunca seremos las cenizas de no vernos
si bailamos, a las tres de la tarde como si fuesen de la mañana,
la conclusión
la epifanía
de ke si no estoy, del verbo estar con mayúsculas, te quemas

he aprendido a trompicones un montón de tonterías
y a pescozones a besarte llorando ke no estoy de sobredosis,
he jugado a destroquelar tus opiniones invirtiendo su cromancia
y a electrocutarte el peinado y a limarte arañazos,
he jugado a jugar contigo y me has ganado
y ha habido veces en las ke no estaba jugando
pero jugaba a ke no te dieses cuenta

he subido a lo más alto sólo porke luego la ostia iba a ser mayor
he dejado a gente estupenda por el camino
y me empacha de indiferencia su recuerdo,
me he mojado cuando hizo falta mojarse
y ya ni eso
he renegado del mundo hasta tal punto ke me cuesta volver
aunke sea para unirme a luchar

ser o no buena gente, así, tan buenagentemente dicho
puede, en fin, ké sé yo, pero puede
ke sea saber ke te kieren
y sentir
ke te lo mereces.


Texto: Saray Pavón
Poema, imagen y audiovisual: SilviOrión.

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