domingo, 29 de abril de 2018

Higiene del asesino

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Este título me inspiraba maneras de eliminar las evidencias de que has cometido un crimen o cosas así, sin embargo trata de un anciano, Prétextat Tach, al que sólo le quedan dos meses de vida. Al ser premio Nobel de Literatura y pese a estar en plena guerra del Golfo periodistas de todo el mundo tienen interés en entrevistarle (tal vez porque es menos arriesgado que cubrir el otro tipo de noticia). Tach, con su arrogante lengua viperina, tratará de destrozar a los pocos oponentes que conseguirán citarse con él, del mismo modo ellos intentarán dar con la clave de su odio hacia el género humano.

Con esta obra, Amélie Nothomb, se da a conocer. Nos muestra su estilo ácido, su humor y algunas de sus obsesiones: la escritura, la relación con el público y/o entrevistas, el pavor a que sus costillas queden cubiertas por una gran capa de grasa, etc. Quizás me hayan gustado más otras novelas suyas: Metafísica de los tubos, Viaje de invierno, Diario de Golondrina, Una forma de vida y Ácido sulfúrico; pero pienso que fue un buen comienzo.

sábado, 28 de abril de 2018

Nightfall in Middle-Earth

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El tiempo vuela. Es algo que asusta, la verdad. Pero al menos sé que, en mi vida, he tropezado (y espero seguir haciéndolo) con ciertos regalos de los dioses que han hecho que el raudo devenir de las horas, hasta el momento, haya merecido la pena.

Aun recuerdo el primerísimo disco que compré y del que, hasta hace poco, conservaba el ticket. Fue en el mítico y desaparecido Sevilla Rock: Tokyo Tales, Blind Guardian. Siempre pensé que la mejor forma de conocer una banda es escuchando sus grabaciones en vivo. Aunque confieso que el álbum que nos ocupa acarició mis orejones de forma fraudulenta hasta que pude ahorrar lo suficiente. Y el tiempo sigue marcando tictacs. Pero estas melodías no se detienen ni lo harán jamás, ni en mi cabeza, ni en ninguno de mis reproductores (mi intención es conseguirlo también en vinilo).

Nightfall in Middle-Earth es mucho más que un simple disco. No solo es, en mi opinión, su mejor trabajo, es la declaración de amor de una banda (y una generación, se podría decir) a la inconmensurable obra de Tolkien. No era la primera vez que se acercaban a las novelas del escritor sudafricano. Ya había referencias de ese mundo fantástico en canciones como The Bard´s song (In the forest/The hobbit), la instrumental Gandalf's Rebirth, Majesty o (por supuesto) Lord of The Rings. En 1998 dieron un paso más allá y confeccionaron un album conceptual en torno a la obra más ambiciosa y desgraciadamente inacabada del tito John Ronald: El Silmarillion. A lo largo de un total de 22 pistas (entre canciones, interludios y narraciones) nos llevan de la mano a través del mundo que el mismísimo Señor Oscuro Morgoth está a punto de (intentar) destruir. Por primera vez en su carrera musical se embarcan en una obra de esta magnitud y sobre todo de esta calidad compositiva. Hasta este lanzamiento no habían abordado sus temas con tanto esmero y de forma tan cercana al progresivo. Los anteriores trabajos, sobre todo los primeros, se basaban en un metal frenético, cercano a sus (y mis) adorados Testament. Luego fueron limando la ejecución e incluyendo más elementos acústicos y medievales así como estructuras mucho más elaboradas, algo que se puede percibir en su máximo esplendor en Imaginations from the other side. En esta evolución sónica, el principal artífice es el bueno de Thomas (Thomen the Omen) Stauch y su progresión hacia la excelencia con las baquetas. En Nightfall in Middle-Earth, así, sin anestesia, graba una de las mejores sesiones de batería de los noventa. Solo hay que poner a todo trapo The Curse of Fëanor para saber de lo que hablo. Podría escuchar este disco eliminando el resto de instrumentos y me seguiría poniendo los pelos de punta. Eso unido a las inspiradas composiciones y algunas de las letras más brillantes en la trayectoria de la banda hacen de esta su obra maestra.

Es increíble que después de dos décadas no decaiga mi emoción cada vez que suena. Y realmente no es necesario haber leído El Silmarillion o a Tolkien en general para disfrutarlo. Aunque evidentemente gana mucho más si conoces las historias que se cuentan. No me voy a meter en análisis tema a tema, hay miles pululando por la red, ni siquiera voy a mencionar la espectacular portada de Andreas Marschall, habitual en sus cubiertas. Lo que sí diré es que transmite tanto en cada corte que merecería que La Tierra Media existiese de verdad para que fueran sus habitantes quienes juzgasen. La única pega que pondría (sí, hasta para esto tengo un pero) es el sonido de las guitarras. No es el primer gran clásico que me encuentro con este problema. No tanto con la solista, pero sí con las rítmicas, parece que el ingeniero de sonido olvidó donde estaba la palanca de los agudos y se quedó dormido sobre la de los graves. Y es una verdadera pena, porque si hubiesen sonado tan crujientes como en su anterior entrega (Imaginations from the other side), por ejemplo, estaríamos hablando del disco perfecto. Pero fue lo que fue y es lo que es; está en su tiempo y en su lugar. No soy muy amigo de remasterizaciones o regrabaciones así que me quedo con el original aun con esa tara en el sonido. Siento que me quedo corto con estas palabras, así que mejor lo celebro de la mejor forma: poniéndolo de principio a fin y a un volumen que asustaría a la mismísima Ungoliant.

¡Por otros 20 años de anochecer épico!


Texto de A. Moreno

Imagen propiedad de Andreas Marschall, en la que se refleja uno de los momentos clave de la obra póstuma de nuestro querido Tolkien.  Luthien distrae a un embobado y lujurioso Morgoth (y secuaces) para que Beren pueda arrebatarle uno de los silmarils engarzados en la corona. Hasta los señores oscuros tienen sus momentos de debilidad. 

jueves, 26 de abril de 2018

Noctambully

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Hace tiempo me enseñaron a relajar el cuerpo. Primero era por zonas, poco a poco, hasta que todos los músculos estaban relajados y el sueño se apoderaba de mí. Con el tiempo aprendí a hacerlo de una sola vez, desconectar el cuerpo y quedar dormido en muy pocos minutos.

Últimamente me ha venido ocurriendo lo contrario, que en medio de la noche mi cuerpo se conecta con la misma facilidad con que lo desconecto. Con ello salgo del sueño y no puedo volver a él durante media hora, una hora, a veces más. No sé por qué ocurre. Lo achaqué al exceso de café, aunque nunca me había afectado con anterioridad. Dejé de tomar café pasadas las tres de la tarde salvo días puntuales. El enigmático despertar desapareció...

Me acabo de despertar. Dos horas de sueño. No recuerdo qué, sólo sé que ha sido un buen sueño. De repente mis ojos se abren de par en par, noto mi cuerpo reactivarse, ganar temperatura, aumentar mi ritmo cardiaco.
        –No, hombre, que quiero seguir durmiendo.
        –Calla.
        –Pero hay que dormir que quiero madru...
        –¡QUE TE CALLES!
Un bully, un niñato como se decía antes de que se popularizace el nuevo término, se ha apoderado de mi vigilia. Hago lo que me decían de niño, ignorarle. Él, dueño de mi cuerpo y de mi mente se pone a hacer planes para el día siguiente.
        –Podría quedar bien. De ahí sale un texto y un audio... ¡no, mejor un vídeo! Abro el OBS y preparo una escena nueva. Primero la webcam, en una esquina y con poca luz, como si fuese de noche. Lo haría sin peinarme para enfatizar esa sensación y con tono de voz medio-bajo. A la derecha el texto, verde sobre negro con el JDarkRoom, que hay que sacarle partido de vez en cuando. Y en el hueco que quede bajo la webcam... el título, en vertical y con alguna tipografía llamativa. Y se llamará... ¡NOCTAMBULLY!

Mientras Noctambully está a lo suyo, creando en un ordenador imaginario, yo me pongo a intentar volver a desconectar el cuerpo, a tratar de forzar el sueño.
        –¡JA, que te lo has créido! Ahora soy yo el que manda –dice mientras levanta mi rodilla derecha. Mi pierna queda flexionada, un permanente punto de tensión. Acto seguido me mete en un sueño.

Estoy en un sofá, tumbado de lado. Sobre una pequeña mesa tengo un portátil y busco un par de escenas en concreto de una serie, sin mucha suerte. Miro mi pierna derecha. En algunos puntos se amorata. Al tocar lo amoratado sale un líquido blanco, ¿pus?, seguido de sangre. Hay un rollo de papel cerca. Limpio la sangre pero salen más zonas amoratadas, más líquido blanco, más sangre. Finalmente cesan las hemorragias. La pierna está intacta, no he sentido dolor alguno, pero el rollo de papel casi está agotado y parte de la sangre ha manchado el sofa y los cojines. Fermoso panorama.

Me despierto. En mi cabeza suena "Let me hear you scream" de Ozzy Osbourne. Me mete en otro sueño, muy breve, sin imágenes. Madison Sterling, aspirante a cantante, escribe una carta a sus familiares prometiendo suicidarse y luego mudarse a un lujoso piso en Madison Avenue, New York. Sólo cumple lo primero.

Vuelvo a despertar. Ozzy sigue gritando dentro de mi cabeza. Le doy una patada a la manta quedando destapado.
        –Vaya, parece que he recuperado el control, o al menos parte de él.
Caigo en la cuenta de que la pierna flexionada y la del sangriento sueño son la misma. Pienso qué hacer, si levantarme y tomar un poco de agua serviría de algo. No lo hago. En su lugar me quedo pensando nuevamente en de qué lado está mi subsconciente. Lo tenía por aliado, pero me acaba de hacer pasar un muy mal rato. ¿Por qué no podía ofrecerme un sueño como el de la noche anterior? Uno profundo... y porno. Muy profundo y muy porno.
En mi cabeza Ozzy termina su canción. En su lugar empieza a sonar "Serenity" de Charon. Del Noctambully no sé nada más, ya no parece estar aquí. No me importa. Un sueño agradable me está llamando. No le hago esperar.


Audiovisual, texto e imagen de Álex Ruiz

martes, 24 de abril de 2018

“Nikuro, La guerrera de los sueños”, de Simonloko

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El dibujante sevillano Simonloko presenta este fin de semana el que será su primer cómic publicado y que recoge las aventuras de Nikuro, una chica pelirrosa que viaja por los sueños para solucionar las pesadillas de sus amigos y amigas.  La guerrera tiene como compañero a Pomelo, un Pomerania que añade la parte adorable a la trama.

El personaje, que fue ideado por José Ryoga y Simonloko, ha sido trasladado al cómic por éste último de una manera muy peculiar, ya que ha apostado por recuperar el estilo de libro “elige tu propia aventura” que se hizo popular en los años 80-90, de manera que el lector o la lectora elige el camino que va a seguir Nikuro en cada página, convirtiéndose así en protagonista de la historia. Este estilo conocido en algunos libros literarios es, sin embargo, poco frecuente en el mundo del cómic, por lo que es otro de los atractivos que hacen de Nikuro, La guerrera de los sueños, un ejemplar a tener en cuenta.


Recuerda mucho su lectura a los videojuegos de aventura gráfica, donde la elección del camino erróneo o correcto, nos llevará a tener que buscar nuevas alternativas o a encontrar el buen final.

El lugar elegido para que su ópera prima vea la luz ha sido Sevillaficción, el salón del cine, las series y el cómic, que se celebrará los próximos 28 y 29 de abril en el Casino de la Exposición de Sevilla y tendrá un precio de lanzamiento de tan solo 5 euros por tomo.

Divertido e ingenioso, el cómic de Nikuro, La guerrera de los sueños será sin duda el punto de partida de la carrera artística de Simonloko, el cual ha demostrado con esta obra que está preparado para ocupar su lugar en las estanterías de todas las librerías.


Texto y Fotografía: Mayte Nékez
Dibujo: Simonloko

sábado, 21 de abril de 2018

La tumba

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-¿Te gustaría visitar la tumba de papá? - su hijo, el sacerdote, le preguntó.
-¿Tu padre o el mío? - Se rió de su propia ignorancia.
Movió la cabeza y bajó los ojos sin ofrecer menor atisbo de sonrisa.
-El mío.
-Claro, ¿Por qué no? ¿Está lejos? Quiero decir, ¿podemos ir caminando? Preferiría caminar.


Fragmento de "El cura", Thomas M. Dich
Imagen de pixabay retocada


jueves, 19 de abril de 2018

introspección #cuentosultravioletas

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En un intento de introspección me he dado la vuelta a mí mismo como a un calcetín. 

De hecho la intención del viaje introspectivo surgió esta misma mañana al ponerme un calcetín del revés, en concreto el izquierdo. Casi no se notaba, pero he decidido darle la vuelta al “invertido” por aquello de empezar el día haciendo las cosas bien, y me he dicho a mi mismo: -¡Qué elemento cotidiano tan simple es el calcetín! 

Podrías darle la vuelta sin que nadie, incluso él mismo, se diese cuenta. Y con esta ilusión de ser tan simple como mi calcetín del martes, he decidido darme la vuelta para comprobar si puedo asomarme a mis suburbios.

Ahí está lo peor de uno: los deseos inconfesables y las miserias. Apartas una víscera, y justo de ahí, de donde nunca imaginaste, salen alimañas disparadas extendiéndose por uno mismo en forma de una mala hostia que no sabía que acumulaba en mi interior. 

En el kilómetro 1 de mi viaje introspectivo he comprobado, fascinado, que soy incompresible por ambos lados de mí mismo.

Después de esta mirada a mi interior he vuelto a fijarme en el calcetín como símbolo de la simpleza y la complejidad de este universo infinito en el que vivimos. A veces parece un gigantesco calcetín que está de nuestro lado, y otras...bueno, otras está del otro lado y las costuras producen un roce que acaba arañándonos (incluso hay quien colecciona las heridas), y que depende del estado de ánimo en que nos encontremos en la transición del ahora al siguiente instante del día.




Texto de A. Ramírez
Imagen de Pixabay




martes, 17 de abril de 2018

Santos motores

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Monsieur Oscar (Denis Lavant) es recogido por su chófer Céline (Edith Scob), quien lo lleva por París en su limusina/camerino realizando diversas paradas, nueve para ser exactos. En cada una de ellas, monsieur Oscar interpreta un papel distinto, adoptando registros diferentes y explorando, en mayor o menor medida, todos los géneros cinematográficos. No parece haber público, ni cámaras, ni siquiera un porqué... sólo están él y la belleza del acto.

Ya desde que leí los primeros anuncios sobre ella, Holy Motors había captado mi interés. Pero su estreno fue tan limitado en España que nunca tuve el placer (ahora sé que lo hubiera sido) de verla en una sala de cine. No obstante, tras una época de vacas muy flacas, empecé a tener algo de holgura económica y eso me dio para empezar a concederme algún que otro capricho. Un día, paseando por la sección de blu-rays de la FNAC, encontré esa llamativa caja verde con letras en plateado. Era ella, Holy Motors. Y como, por entonces, cierta politicucha había dicho que los jóvenes españoles teníamos espíritu aventurero, decidí llevármela a casa sin haberla visto antes ni saber si me gustaría.


No os voy a engañar. Una vez pulsé play y me puse cómodo en el sofá, sentí cierto temor durante los primeros minutos. ¿Qué puñetas acababa de comprar? ¿De qué iba esto? Pero poco a poco la vista se me fue acostumbrando a la ausencia de respuestas, y pude sumergirme en esa historia compuesta por retazos de muchas otras. Como la define el propio director, Leos Carax, es una película para disfrutarla, no para ser comprendida.


Hubiera sido fácil apoyarse sobre una base más o menos lógica, accesible para el público mayoritario. Tal vez, la tragedia de un millonario que descubre que padece una enfermedad terminal, y que, al darse cuenta de que ha desperdiciado su vida, siempre dedicada a los negocios y no a la felicidad, decide invertir su inmensa fortuna en construir ese tinglado que le permita experimentar todo tipo de situaciones y así, quizá, sentir que su paso por el mundo ha merecido la pena. Insisto, hubiera sido muy fácil, pero sencillamente no era necesario.

Pese a carecer de una referencia clara que te ayude a ubicarte para desarrollar empatía por el personaje, tanto en la historia central como en las múltiples subtramas que suponen cada una de las "citas" de monsieur Oscar, todas ellas presentadas in media res sin principio ni final, Holy Motors consigue transmitir muy bien las emociones que dominan las diferentes escenas.

La intervención de Kylie Minogue en el interior en ruinas del mítico edificio Samaritaine, además de contar con una canción muy pegadiza, consigue conmover, aún con sus espacios en blanco. El personaje de Mr. Merde al que interpreta Oscar/Lavant (y que ya Carax mostró en su segmento de Tokyo!) es caótico y grotesco, pero, ¡qué demonios!, también es divertido. Todas estas piezas hacen de Holy Motors una montaña rusa de sensaciones, bien engrasada con un elegante uso del lenguaje audiovisual.

¿Sobre el director? Bueno, he de admitir que no conozco mucho su filmografía. Vi Mala Sangre porque su sinopsis me llamó la atención, pero no me pareció que estuviera al nivel de Holy Motors. Se nota que desde entonces Leos Carax ha dejado madurar su talento para el séptimo arte. Sé que su obra más conocida es Los Amantes del Pont-Neuf, puente que en Motors aparece desde la azotea del Samaritaine, imagino, en un tarantinesco ejercicio de auto-guiño.

Desde entonces estuvo varios años desaparecido. Su gran regreso fue la película que ahora nos ocupa y tiene anunciado un nuevo proyecto: Annette, un musical que rodará con Michelle Williams y Adam Driver (sí, el que hace de Kylo Ren). Si se animan a estrenarla en España, no perderé la ocasión de comprobar en pantalla grande si Carax conserva la misma osadía y talento que demostró con Holy Motors.


Reseña de Román Pinazo
Imágenes y vídeo de Holy Motors

domingo, 15 de abril de 2018

Feliz

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Es por esto que precísamente es preferible escribir en estados de tristezas: cuando te alejas de ese momento "cursi" que te vestía... no te identificas. Con lo gris es más sencillo sintonizar, meterte en la piel del otro aunque tu presente sea de feria.

Texto y audiovisual: Saray Pavón
Música de False Awakening - you were the one
Imagen de Pixabay

viernes, 13 de abril de 2018

Hoy no preciso nada (2)

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Hoy no preciso nada,
ni una transfusión de optimismo,
ni una sobredosis de palabras,
ni una sala de cine sin público,
ni calles oscuras,
ni madrugadas desiertas,
ni descubrir el sexo de los ángeles,
ni descifrar el más allá,
tanto te quiero.


Poema de Dicha y resurrección, José Cuadrado Morales
Imagen de Pixabay


miércoles, 11 de abril de 2018

lunes, 9 de abril de 2018

Entrevista a Ricardo Guadalupe

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Estamos en una cafetería de Valencia con Ricardo Guadalupe, del que me dijeron que hace poco había dejado su trabajo como redactor de discursos políticos y había apostado por meter cabeza en el mundo de la escritura.

La i Crítica – Buenas tardes Ricardo. Te voy a soltar primero las preguntas de rigor para que nuestros lectores te conozcan un poco más. Así que cuéntanos. ¿Cuándo comenzaste a escribir?

Ricardo Guadalupe – Buenas tardes, Saray. Un placer estar contigo hoy aquí en Valencia. Nos conocimos en Sevilla, ahora estamos en Valencia. Con lo que viajamos tú y yo a ver dónde nos volvemos a encontrar. Yo creo que empecé a escribir en el instituto. Un poco para buscar respuestas que no encontraba en ls libros de texto, en el entorno familiar y amigos. Un poco para eso, bucear en cuestiones importantes para las que no encontraba fácilmente respuesta.

LiC – ¿Cómo te llega la inspiración? ¿Te pilla trabajando?

R.G. – Si, yo creo que se encuentra trabajando. Hombre hay veces que te llegan flashes, imágenes evocadoras, ideas viendo una peli o leyendo un libro. Creo en el trabajo más que en la inspiración. Siempre tengo una historia en la cabeza, entonces cosas que veo u oigo suman en esa historia.

LiC – Cuando escribes ¿te metes en una especie de juego de rol o eres siempre tú mismo?

R.G. – Sí, sí. Totalmente un juego de rol. Yo lo jugaba en mi época. Tengo un montón de personajes en la cabeza, oigo voces, cada uno de ellos tiene su propia voz y sí, me meto en su piel. Pero sólo mientras escribo, no es que tenga personalidad múltiple ni nada de eso.

LiC – Y al hilo de la pregunta anterior, ya Ricardo se nos pone con cara de “a ver qué va a preguntar”. ¿Cuáles serían las frases que mejor te definirían.

R.G. – Supongo que lo dices por mi libro Frases en el muro, en el que he incluido un montón de definiciones sobre muchos conceptos menos de mí mismo. Aunque forman parte de mí. Me has pillado. Bueno, “enfermo de la literatura” sí podría, porque me considero un adicto. También soy un “amante de la belleza”, de cualquier expresión artística. Me gustan las cosas positivas.

LiC – ¿Para qué sueles emplear tu blog?

R.G. – Un poco de todo. Es un batiburrillo: relatos, frases, textos de otros, críticas literarias. Para mí me ha servido muchísimo, sobre todo para estar en contacto. Es una forma de publicar. Aunque he tenido la oportunidad de publicar en papel, mi primera publicación ha sido a través del blog. La gente te lee, te comenta, ves lo que gusta más, menos, te atreves. Antes me daba mucho pudor publicar. A mí me ha servido para romper esa barrera. Comunicarme, mostrarme, desnudarme ante otros.

LiC – ¿Qué satisfacciones te trajo la publicación de Palabras Literarias?

R.G. – La afición por la escritura era algo que llevaba en privado, para mis ratos nocturnos, en el transporte público. Luego tenía mi faceta personal, mi trabajo, amigos, otras aficiones. La publicación del libro fue una forma de decir “oye, que me gusta escribir y hago estas cosas, fijaos qué bicho raro soy”. Hubo gente que se enteró de que escribía durante las presentaciones. También conocí a mucha gente interesante gracias a publicar.

LiC – ¿Y Frases en el muro cuáles te está trayendo?

R.G. – Un poco las mismas, pero más. Hice 17 presentaciones con el primero y con Frases en el muro ya he superado ese record en poco tiempo. Insisto, me aportó muy buenas amistades y conocer lo bueno que tiene la gente dentro y que transporta cuando buscas apoyo.

LiC – ¿Cómo te surgió la idea de escribir Frases en el muro?

R.G. – Ahora está muy de moda este lenguaje, breve pero directo, ya sea en las redes sociales, móviles, internet. Esa es la idea. Lo del muro no se refiere sólo a Facebook, también a los físicos, estos reivindicativos, de la calle, del 15M, etc. Estas frases son muy cercanas, accesibles, que puede entender todo el mundo. No busco ser enrevesado, sino comunicar, que me entiendan y por eso he optado por este tipo de frases. Que vienen de lejos, en la antigua Grecia ya empleaban la figura del aforismo. También los hay en el libro y frases más literarias. La idea es provocar que la gente escriba las suyas. Lo que he hecho ha sido definir una serie de conceptos de la A a la Z, revisando el diccionario convencional, proponiendo otras definiciones alternativas. Es lo que me gustaría que la gente hiciera.

LiC – ¿Qué palabras piensas que utilizamos más en la escritura, en la vida…?

R.G. – Creo que la palabra estrella es “amor”. Hace poco hicieron un concurso para ver cuál era la palabra más bella. Mucha gente optó por palabras rebuscadas, muy sonoras. Al final la que triunfó fue esta. Es la que tiene el significado más importante, más potente Afortunadamente está presente, debía estarlo más. También reivindico mucho la palabra “sexo”, porque tanto amor como sexo son las que más frases tienen. Añadiría una tercera palabra: “memoria”. Creo en la evolución de las personas, de la sociedad, y para eso hay que tener memoria, para aprender de los errores.

LiC – ¿Y la palabra libertad?

R.G. – Para mí la escritura es la máxima expresión de libertad. Cuando escribo es cuando me siento realmente libre. En otros momentos o circunstancias estoy limitado por el entorno, las obligaciones. Cuando escribo imagino y escribo lo que me da la gana. Pero cuidado con la libertad, porque a veces no sabemos qué hacer con ella. Queremos ser tan libres que nos perdemos. Se trata de encontrarse y de renunciar también a ella.

LiC – Hace poco entrevisté a Rubén Muñoz Martínez (que escribe sobre todo textos filosóficos) y decía que la mayoría de los escritores pretendemos ser inmortales a través de nuestra palabra. ¿Te incluirías en esa mayoría?

R.G. – Y quién no. Hay quien opta por el arte efímero. Conozco un pintor que en cuanto termina su obra da brochazos en blanco y la borra. Cree en el proceso más que en la inmortalidad. Pero claro, a mí me encantaría que alguna frase por ejemplo de este libro fuera recordada. No solo por esta generación. Cuanta más gente la pueda escuchar más contento y feliz, como yo disfruto también de otros autores. Incluso la mayoría de los que me gustan están ya muertos. Gracias a la palabra puedo todavía comunicarme con ellos.
LiC – ¿Has tenido dificultades para publicar?

R.G. – He tenido mucha suerte. No era del mundillo, no conocía a nadie. Sí que hubo gente que me ayudó, que me dijo envía a esta editorial, a esta otra. Por ejemplo de Octaedro, quienes me han publicado los dos libros, no tenía ningún contacto y me respondieron muy rápido y estoy contento con ellos. Hacen las cosas bien y en ese sentido he tenido mucha suerte.

LiC – ¿Qué te gusta más: el nacimiento o mover tu obra en presentaciones?

R.G. – Son cosas diferentes. Me alegra que me hagas esa pregunta. Por un lado está la creación, lo más importante. Estás proyectando todas tus inquietudes, tus sensaciones. Pero requiere mucha soledad. Yo me encierro durante meses y apenas me relaciono. Me gusta conocer gente y en ese periodo de tiempo procuro estar centrado. La otra faceta, la presentación del libro es donde me expando y lo llevo deseando desde hace mucho tiempo. Ese momento de viajar, salir de las cuatro paredes. Y así estoy, visitando todas las ciudades que puedo, viendo a todos los amigos que puedo. Las dos fases son muy necesarias y muy gozosas.

LiC – ¿Y lo que menos te gusta?

R.G. – Hay viajes que son largos y un rollo. Una cosa que no me gusta es meterme en un hostal. No lo digo por el dinero. Prefiero llamar a un amigo y que me pueda alojar. Por tener esa cercanía, ese cariño y apoyo. Esa fase no me gusta, la parte solitaria que pueda tener estar en una ciudad que no es la tuya o donde apenas conoces gente. De la creación lo que menos me gusta es cuando acabo el día y me salen más de diez líneas. Porque yo me marco objetivos diarios, soy muy zen para eso. Cuando ocurre eso quiero morirme, suicidarme directamente. Pero luego se me pasa.

LiC – Esperemos que no te suicides, porque me he leído Frases en el muro, me a encantado, así que quiero poder seguir disfrutando y hacerte más entrevistas. La próxima tendrá preguntas más alegres. ¿Cómo se pueden conseguir tus libros?

R.G. Octaedro tiene una buena distribución y, si no está en la librería, se puede pedir. En Amazon y en La casa del libro también. Lo raro es que no ande en la ciudad de turno para presentarlo y venderlo directamente. También en cuanto lo podáis leer, tengo un blog que se llama tienesmipalabra.blogspot.com donde me lo podéis comentar. Ese feedback me encanta. En el proceso literario, aunque se ponga mucho peso al autor, es muy importante el lector.

LiC – ¿Qué proyectos tienes previstos a corto plazo?

R.G. – ¡Vacaciones! Aparte de las vacaciones y terminar la promoción de este libro, tengo aun unas cuantas ciudades que quiero visitar. Donde me digan que puedo presentarlo, yo voy. Quiero ofrecer un libro de relatos que tengo terminado y seguir escribiendo la novela. Llevo muchos años con ella, he volcado mucha energía en ella. Yo creo que no quiero acabarla, porque lo estoy pasando tan bien con el proceso que me da miedo.

LiC – ¿Puedo tirar un poco de la lengua sobre la novela, de qué trata…?

R.G. – Va a sonar un poco raro, porque no tiene nada que ver con los dos libros que he publicado. Tiene un toque de ciencia-ficción aunque se desarrolle en el Madrid actual, pero hay personajes extraños por ahí. La ciencia-ficción tiene mucha simbología. Te permite plantear coas de una manera amena, incluso plantear reflexiones filosóficas, pero sin asustar a la gente. Esa es la idea. Una historia con fondo pero entretenida.

LiC – ¿Qué le va a suponer este cambio a los lectores de tus anteriores obras?

R.G. – Efectivamente son géneros muy diferentes. Igual dices, no me interesa. Al fin y al cabo yo soy todas esas palabras. Lo que escribo no solo salen de mí sino que me forman. Me pueden encontrar tanto en las frases como en los relatos como en una novela de ciencia-ficción. Ahí voy a estar yo también. Si en algún momento algún lector se ha podido sentir identificado con una frase, también puede hacerlo con un extraterrestre. Toda la pasión y la visión de las cosas van a estar independientemente de la temática.

LiC – Dejando los libros en la estantería. ¿Cómo ves el panorama actual a la hora de mover o promover la cultura y en concreto la literatura?

R.G. – Has tocado un tema importante. Están los grandes nombres pero esos no necesitan apoyo. Venden sin promoción apenas. Pero para gente que está empezando el apoyo es nulo, directamente. Todo lo tenemos que hacer nosotros. No nos importa porque nos gusta. Es cierto que las instituciones no ofrecen cobertura. Me da mucha tristeza. En Madrid, recientemente he presentado en dos bibliotecas públicas, pero gracias a una amiga que tiene amistad con los responsables. Todas las presentaciones en instituciones han sido gracias a amistades. Por lo general me han dado largas e incluso me han pedido dinero. Y el apoyo de los medios de comunicación, tres cuartos de lo mismo. Pero tenemos que seguir luchando. Yo disfruto mucho cuando viene alguien en una presentación y me dice: me has sacado de mi día a día. Tenemos que dar esa visión esperanzadora a través de la belleza de las palabras de las ideas, de la literatura y la cultura en general. Si ves un telediario si que te dan ganas de suicidarte. No dan espacio a la cultura, la muestran de una forma despectiva a veces. Esto hay que cambiarlo.

LiC – ¿Crees que la unión entre artistas hace la fuerza?

R.G. – Totalmente. Antes de que me diera por publicar, cuando quería llevar a cabo un proyecto me daba pereza, porque estaba solo. El grupo es fundamental para cualquier proyecto que se emprenda en la vida. En la literatura es fundamental. El grupo motiva, da comprensión, es terapia…

LiC – Y para concluir ¿nos podrías leer algunas frases de tu libro?

R.G. –Dos de la palabra amor, que antes mencionábamos. Una visión positiva: “es quien da la vuelta al reloj de arena”. Y una menos positiva: “elige bien a quien a quien amas, pues te puedes convertir en esa persona”. Cuando una pareja está tan unida que se funde y se confunde. Hablando de la pareja voy a leer otra frase: “si te fijas son dos líneas paralelas, ya sea paseando o en la cama, en vertical o en horizontal. Una pareja debe funcionar como un par de esquíes, en paralelo, por separado pero apoyándose en los giros y compensándose unos a otros”. Otra, “semen: sexo recién exprimido”. Y así una más lírica en cuanto a sexo: “quiero ser la noche que tape tu cuerpo”. Y con memoria, antes mencionada: “la memoria es la que hace durar el tiempo”. Y no puedo dejar de leer una sobre la palabra vida: “tu vida es un papel pautado al que le faltan las notas musicales”. “Imagina que eres un piano, procura tocar todas las teclas de tu teclado”.

LiC – Si queréis leer más frases en el muro tendréis que pillaros el libro, yo lo recomiendo porque a mí me encantó. Esto ha sido todo. Muchas gracias.

R.G. – Muchas gracias a ti. 

Entrevista de Saray Pavón, transcrita por A. Moreno
Forografía Ricardo Guadalupe

sábado, 7 de abril de 2018

Rápido, trabaja

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Duele… sí, duele…
y estoy bastante seguro que es entusiasmo.
¿Qué? entonces… ¡¿qué?!
Me pincha como una angustia en el pecho;
el deseo de avanzar más rápido
y sentir que tiro del freno
cada vez que llega pereza,
cada vez que enfría motivación
o paja aparece.

Es deseo frente a miedo…
¿o, si no, frente a qué?
Cada vez que me atrapa desgana
o me entretiene indecisión,
siento como si fueran
golpes directos contra pasión,
afán, ambición…
incluso sueño.

Así que... hoy me voy a tomar
la tarde libre.
Mañana será un nuevo día.


Poema de Jesús Paluzo
Imagen de Pixabay

jueves, 5 de abril de 2018

Terror a primera vista

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La luz de la estancia no dejaba distinguir formas más allá de nuestros cuerpos. Sin demora, me entregó el antiguo volumen haciendo pasar la lengua entre sus labios lascivos, de la misma forma en la que una serpiente husmea el aire. Me vi oprimido por una tensión desconocida, no podía dejar de mirar a aquel extraño ser mientras sopesaba en mis manos el objeto de su admiración, ese objeto que le daba un poder invisible y desproporcionado. 

Cuando terminó de deslizar sus finos dedos por la encuadernación, puso las manos una sobre la otra cerca de su pecho y con una sonrisa casi malévola esperó a que leyera el título. Sin apartar la mirada agarré un candelabro y lo acerqué al tomo. 

“Sagrada Biblia” rezaba la portada. Sin más, le devolví presto el libro, y con mucho cuidado de no tropezarme, salí de allí como alma que lleva el diablo...

Texto de A. Moreno
Imagen de Pixabay

martes, 3 de abril de 2018

El proceso

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Proyecto desarrollado para la asignatura de Tipografía sobre la película "El Proceso" de Orson Welles basada en la obra de Franz Kafka. Se ha trabajado el concepto de opresión para realizar el cartel.

Las letras están unidas a los barrotes como el propio protagonista a la ley, sin querer estarlo, como intentando escapar. Les es imposible salir de ahí, incluso están ya mimetizándose. El fondo negro oprime aún mas al texto, el cuál lleva a la espalda todo ese peso de los barrotes, de la justicia, sin saber por qué. Se desconoce de dónde vienen los barrotes y también a dónde van. Es esta la incertidumbre de ese proceso interminable que sufre Josef K.
  Texto e imagen: Beatriz Pavón

domingo, 1 de abril de 2018

Un poco de música IX

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La ira – No hay cielo para tanto bueno

De las cenizas de El gitano, la cabra y la trompeta surge este proyecto asentado en el rocanrol más convencional, con el aliciente recurrente del saxofón de Miguel Ángel Cáceres. Vienen de una cuna rockera bastante fructífera, Extremadura. Y en este segundo disco (tras su debut El trapecio y el abismo)  nos cuentan muchas historias cotidianas al son de la poesía que baila amable en sus melodías. También hay lugar para la reivindicación con temas como Papel de libertad o  la versión electrificada de La Belleza, de Luís Eduardo Aute. Un disco como el Tomacco: fresco y adictivo. Contaron con muchas colaboraciones para este primer álbum, prueba del cariño que cosechan allá donde van. Entre ellas, la voz de la actriz extremeña Tamara Agudo en La misma cantinela. Fue grabado, mezclado y masterizado por Luismi García en Sonak Studios. La portada, obra de Nerea Sereno.

La banda:

Raúl Jiménez: Guitarra y voz
Manué Pérez: Guitarra, percusión, coros.
Jesús D. Caballero: Batería, percusión, coros.
Javier Luengo: Bajo, coros.

https://www.facebook.com/lairadelrock/


Silenciados – Las noches que fuimos salvajes

¡Yeah! Perdón. Pero es que vaya como empieza este disco. Evidentemente también bajan un poco el pie del acelerador de vez en cuando. Aunque la tónica rockera con letras potentes se mantiene durante todo el minutaje. Y así llevan desde hace más de 20 años: reivindicativos, festivos, introspectivos también. Desde Logroño con pasión por el rocanrol auténtico. Fue grabado entre julio y agosto de 2017 por Javier San Martín en Estudios XXI. Han contado con la colaboración de buenos artistas: Victor Rubio (Zigalas) pone su voz en La hora de las bestias. Xabi Arakama de Boikot toca el trikitixa* en Antisocial. Oscar Gómez trompetiza Amancio Puñales y Juanan San Martín de Tierra Santa acaricia el hammond donde le dejan. La portada y el diseño recae sobre Fernando Navarro (Nanderas_HM).

*Es un acordeón de tamaño pequeño proveniente de Italia que se usa en Euskadi desde el siglo XIX

Por suerte, no hacen honor a su nombre:

Txinin: Voz
Tano Santolín: Bateria
Alfonso Herce: Guitarra
Txiki Nalda: Guitarra
Joselito Apaleao: Bajo

https://www.facebook.com/silencioabsoluto/


La Fuga – Humo y cristales + Mientras brille la luna


Con la vista al frente, los de Cantabria nos dan en toda la jeta con este pedazo de edición de lujo que contiene un nuevo trabajo de estudio, Humo y cristales y un doble CD y DVD en vivo al que han llamado Mientras brille la luna. En Humo y cristales, grabado en los estudios Clip de Reinosa por Nando G. Miguel, continúan con sus historias cercanas e íntimas. Mi mención especial y particular, como siempre, a los coros, que por desgracia cada día son más escasos en el mundo del rock.  En cuanto al video, un concierto registrado en la sala La Riviera de Madrid que repasa los casi 20 años de historia de la banda en sus dos etapas. Y con colaboraciones muy top sobre el escenario: Juankar (Boikot), Adrià ( La Pegatina), Kutxi Romero (Marea)Boni (Barricada), Aurora Beltrán, Jesús Cifuentes (Celtas Cortos), Fernando (Reincidentes), Carlos Tarque (M-Clan) y José (Los Calis).

La fuga:

Pedro Fdez: Voz y guitarra
Nando G. Miguel: Guitarra solista y coros
Edu Karma: Batería
Álex Sanz: Bajo y coros

https://www.facebook.com/lafugarock/


Zerokoma – Galones

Rock & roll y nada más. ¿Te parece poco? Pues esto es lo que vas a encontrar aquí. Ritmos que pondrían a bailar al club de los 27 y letras frescas y descaradas. Tercer álbum de este power trío de hermanos locos por el rock que vienen pisando fuerte desde Ontinyent (Valencia). Para este trabajo viajaron a los estudios Muxicon en Bilbao junto a Iñaki “Uoho” (Extremoduro). Colaboraron  Jon Calvo (Memoria de pez, Inconscientes) con su voz, armónica y hammond y el saxo de Borja Beneyto. El diseño corrió a cargo de Coartada.

Los hermanos Revert Valls son:

Jaime: Guitarra y voz
Carlos: Bajo y voz
José: Batería

https://www.facebook.com/zerokomarock/



Texto e imagen de A. Moreno