02/03/2021
Hoy
hace un mes de estas fotos. El primer día de Yago en casa. La primera
tarde. Habíamos dado antes un paseo para ganarme su confianza. Cuando
entramos en la vivienda y le quité la correa, fue directo al patio. No
me dejaba acercarme y utilizaba la mesa y sillones como defensa. Así
garantizaba la distancia. Decidimos dejarlo. No forzarlo. Que sintiese
suyo el espacio. Y cuando volví al patio él sólo se acercó. Pronto
estaba en su primera cama. La que me dieron en el refugio para que le
diera seguridad. Y dejaba que le acariciásemos. Desde entonces ha ido
avanzando en su seguridad día a día. Aún está en proceso, aunque feliz
en la independencia que va ganando. Una muestra de que los traumas
pueden superarse con el trato adecuado.
25/02/2021
Yago
está superfeliz en su cama nueva. Verdaderamente relajante. Le ha
quedado un poco justa, pero suficiente. Cuando no se espera nada, se
disfruta de lo que hay.
23/02/2021
Yago
empieza a caminar solo. Sin ir sujeto a la correa. Probamos un poco,
entre su miedo y el mío. El suyo le apega a mí y el mío surge cuando
emprende la carrera decidido. Lo llamo y corro en sentido contrario a su
carrera. Viene hacia mí temiendo perderme, como antes temía yo
perderlo. Qué difícil resulta dejar crecer, dar autonomía, cuando se
teme que quien protegemos no sepa manejar su libertad. Y sin embargo,
nunca aprenderá a ser libre y cuidarse, si no corremos el riesgo de
soltar.
02/02/2021
Paseo
matinal, compartiendo los descubrimientos de Yago de su nuevo entorno.
Empatizando con él. Alejándome estos días del campo de tiro, donde los
militares practican con sus armas entre Camas y Castilleja de Guzmán. Y
llevándome a Yago, como por capricho, hacia el otro extremo, el límite
entre Guzmán y Valencina. Porque su miedo es tan grande que apenas lo
expresa. Le paraliza. Contiene su respiración y no emite ningún sonido.
Sólo alguna vez algo le sobresalta. Alguna rama que lo toque de manera
inesperada. Un perro que corra hacia él sólo por darle la bienvenida. A
veces nada, quizás el aire. Hace que pegue un respingo con el que sólo
consigue ponerse de frente a la causa de su sobresalto. La correa no le
permite ir más lejos. Y le veo hacer un reconocimiento, desde su
parálisis de nuevo, como diciendo "ah, ha sido sólo eso". Es valiente
sin embargo y se alegra cuando nos preparamos para salir a caminar.
Aunque lo haga volviendo la cabeza atrás o moviéndola de izquierda a
derecha y de derecha a izquierda. No sabemos qué le ha llevado a esta
situación, sólo podemos atender a sus reacciones. Estar en continuo
contacto con su emoción. Ganarnos su confianza para que recupere la que
perdió en el mundo. Aprende cada día, en cada momento. Celebramos sus
juegos en casa, donde se siente más seguro. Tristemente hay miedos que
siempre perduran, algunos puede que siempre permanezcan con él. Lo
importante es que no le impidan disfrutar de una vida feliz. Que no sean
frecuentes y que los resuelva cuanto antes.
14/02/2021
Cuando
se acaba el día y apagamos la luz, podemos recapitular lo vivido. Qué
hicimos, qué dejamos de hacer. Qué queríamos haber hecho. Qué nos lo
impidió. Y desde ahí podremos proyectar un mejor mañana. Sin ansiedad,
con aprendizaje. Que en cada momento hacemos lo mejor que podemos.
11/02/2021
La
vida da paso a otra vida. Nadie ocupa el lugar de nadie. Sólo que el
amor que podemos dar, es bueno que lo transmitamos. Aún en duelo por
Enia, ha llegado Yago a nuestra vida. En nuestro corazón hemos pedido
permiso a Enia y ella, generosa y maternal como era, nos ha dicho que
adelante. Yago se llamaba Biel, y hasta el miércoles que viene sigue
siendo su nombre oficial. Sin embargo le ha gustado su nuevo nombre, se
reconoce en él y viene cuando lo llamamos. Es un perro muy inteligente,
con una historia que sólo él conoce y que le había llenado de miedos.
Nos previnieron en el refugio que necesitaba trabajar mucho con él. Nos
lo ha puesto fácil y va aprendiendo que todas las personas no van a
hacerle daño.
@ArcadenoeSevilla