domingo, 27 de noviembre de 2016

Libros abandonados y...

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Abrimos la puerta de la sección "Libros abandonados versus libros que nunca abandonaremos", comentaremos brevemente el motivo de no terminar o no querer parar de leer.

Álex: 
Libro abandonado: La vida exagerada Martín Romaña, de Alfredo Bryce Echenique. El periódico El Mundo lo tiene entre las 100 mejores novelas del siglo XX. Yo lo dejé a la mitad (tiene casi 600 páginas) porque la historia llevaba al menos 250 páginas sin avanzar un ápice y el autor no dejaba de repetirse una y otra vez. Sentí que me estaba tomando el pelo y me deshice de él, creo que vendido al peso. Me parecía muy cruel regalárselo a alguien. 

Libro que jamás abandonaré: La historia interminable, de Michael Ende. Cuando tenía 11 años lo único que leía eran los libros obligatorios del colegio y lo poco que había apto para mi edad en casa. Esta novela fue la primera que leí por propia voluntad y aún la sigo leyendo de vez en cuando, pues la historia no se lee igual con 11 (la edad del protagonista) que con 16 o 27. En total la he leído 14-15 veces, y las que me quedan...


Saray:
Libro abandonado: Sé que lo que voy a decir marcará una cruz sobre mi cabeza (bueno, la pondréis algunos) pero... allá vamos. No podía dejar un libro una vez lo había empezado pero "El señor de los anillos" (Tolkien), marcó un antes y un después. Mientras el tercer arbolito de la derecha, al que la luz le rozaba levemente las perennes hojas.... yo pensaba en mil cosas, me quedaba adormilada y tenía que releer el párrafo. Soy muy visual, por eso mismo no me describas un bosque árbol a árbol. Eso sí, las pelis son una obra maestra.

Libro que jamás abandonaré: El principito (Antoine de Saint-Exupéry) lleva conmigo desde los 4 años. Pensé que era un libro infantil por la portada y lo devoré página a página pero había momentos en que por mi cabeza pasaba un "aunque entiendo todas las palabras hay cosas que se me escapan y no sé porqué, tengo que releérmelo cuando sea mayor". Así que fui volviendo a él primero para sacar toda su esencia y después para no olvidar esas valiosas enseñanzas.


Antonio:
Libro(s) Abandonado(s): Había llegado a mis oídos como un susurro, acompañado de un escalofrío. Esa sensación que estimula el sistema nervioso de un friki amante de los mitos y el folclore oscuro de todo el mundo. En mi particular universo, El Golem (Gustav Meyrink) fue a la novela de terror/fantasía lo que Los pilares de la Tierra a la novela histórica. A ambos les di unas cien páginas de confianza. El beneficio de la duda más amplio que haya otorgado. En comparación, puede que el margen que le di al segundo no llegase ni al diez por ciento. Por el primero, además, tenía interés. No sé si algún día lo retomaré, pero sólo recuerdo a un tal Pernath y un abrigo. ¿Qué me quería contar realmente el señor Meyrink? Si era algo importante me lo perdí. Quizá se pone interesante a partir de la página que sigue a aquella con la que decidí dar el cerrojazo. Lo de Ken follet… sopor. Lo siento, soy de relato o novela de dimensiones editables. Como dice Dani Rovira: muy coja tiene que estar la mesa para que yo le de uso a ese libro.

Libro que jamás abandonaré: No quise separarme de él desde que lo leí por primera vez allá por el 97. Lo devoré en un par de tardes, en las vacaciones de navidad de aquel año. Lo releí al tiempo y lo disfruté aún más. Y, de nuevo, volví a pegarme a sus páginas cuando supe de la adaptación al cine a manos de Peter Jackson. Luego resultó ser una de las películas (¡trilogía!) que más he odiado. El Hobbit, de J.R.R. Tolkien me robó el corazón a la primera; un flechazo. No es el resultado de un concienzudo trabajo de documentación ni un sesudo análisis del devenir de la sociedad en la que vivimos. Es una aventura bien contada y dirigida a todos los públicos (que lo escribera para sus hijos es un mito). En contraposición con el enorme tocho infumable del amigo Follet, en apenas 300 páginas cuenta una historia adictiva, épica y llena de personajes bastante definidos. Entrañable y emocionante como pocos. Puede que la friqueza me arrastrase, pero lloré todas las veces en esa parte que Blind Guardian retrata tan bien en la última estrofa de su canción The Bard´s Song-The Hobbit.
Mario:
Libro abandonado: Son muchos más los libros que no he entendido y los que no entendería que los que he abandonado. También yo fallé y fallo con El señor de los anillos (y con Harry Potter). Rayuela fue un penar, aunque disfruté con los personajes y los experimentos no tuve ni la mínima intención de leerlo saltando. Tras la invasión del pijama de franjas azules y blancas, desde el día en que lo terminé lo abandonaría. En general, los libros gordos y densos me dan demasiado respeto como para atreverme a intentar adoptarlos y los cómics de superhéroes no me enganchan.

Libro que jamás abandonaré: El árbol rojo, de Shaun Tan. Una joyita cuyas páginas no se pasan, se incorporan. Me gusta pensar en el libro, en el momento en que apareció, en el pez que lo acompañaba y en lo frondoso que puede ser un árbol rojo. En la estantería que no abandonaría, estaría acompañado por libros como Calles de arena, El Quijote y Cien años de soledad, para que apoyados no se caiga ninguno. Dentro de cinco minutos vendrá a mi mente alguno más e intentará empujarlos. No, ya están empezando a empujar. ¡A ver! ¡Orden! ¡De uno en uno!


David:
Libro abandonado: He tenido fácil elección, han sido unos cuantos últimamente... pero por nombrar uno, el primero de Harry Potter: Traté de leerlo, porque le encanta a mi chica, pero no me llegó a enganchar. Tal vez porque ya había visto las primeras películas, y no me llaman mucho las historias de magos; creo más en la magia de la ciencia; y al estar dirigido a un público infantil, perdí enseguida el interés. Supongo que los libros que son una extensión de nosotros mismos son los que más nos gustan...

Libro que jamás abandonaré: Literalmente, "Niork" de Stefan Wul. Creo que ningún libro me impactó tanto como éste... lo devoré ávidamente en 3 horas con 10 años; solía coger libros de Barco de Vapor y similares de la biblioteca de la escuela todas las semanas, y aquel viernes me atrapó en su lectura fácil y aventura suprema. Trata de un niño negro, en su lucha por sobrevivir en un planeta desolado por una guerra nuclear; repudiado de su tribu, una serie de acontecimientos le harán cada vez más fuerte, hasta convertirse prácticamente en un Dios. "Niork" era el antaño "New York", del que sus habitantes apenas recuerdan su verdadero nombre. Desde que lo leí, quise hacerme con un ejemplar, muy difícil de encontrar en castellano, hasta que hace poco el hermano de mi chica lo encontró a la venta en una vieja librería... todo un detallazo. Aunque es un libro que disfrutas más cuando tienes la mente virgen, se deja leer a todas las edades. Otros que me marcaron en mis inicios lectores fueron "El Hobbit", "Momo" y "Jim Botón y Lucas el maquinista". 


Migue:
Libro abandonado: Por eso de ser el escritor que me enganchó a la lectura, no le he dado una oportunidad, ni siquiera dos... y si digo tres me quedo corto. Cuatro oportunidades le he dado a "El juego de Gerald" de Stephen King, y he de reconocer, con todo mi corazoncito de lector ávido de terror, que al final me di por vencido. Sopor, sopor, sopor... sopor. Yo, que no suelo repetir lecturas porque hay demasiadas cosas interesantes que leer, creo que no volveré a intentarlo... o quizás sí, al fin y al cabo, casi parafraseando a Matas hablando de Urdangarín "es Stephen King".

Libro que jamás abandonaré: Como he dicho antes, no suelo repetir lecturas, lógicamente tengo mis excepciones, y sin dudas, la más importante, la más releída y, por supuesto la más querida es "Los mitos de Cthulhu" de H.P. Lovecraft and company. Un libro que, al igual que beato con su biblia, tengo en la mesita de noche, viejo y manoseado, ajado incluso... y único e incomparable.

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