domingo, 16 de junio de 2019

Rock the coast 2019. Primera parte

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Las expectativas eran altas, para qué engañarnos. Esperaba con ansia que llegara este fin de semana para disfrutar de un festival de nivel en el sur de la península. Las esperanzas depositadas en su éxito iban más allá de la satisfacción personal. Si sale bien, habrá más, pensé. ¡Y todo apunta a qué sí, maldita sea! Esa esperanza se ha vuelto felicidad. Triunfo rotundo de asistencia y, aún con sus fallos, de organización. Se echa en falta, eso sí, como bien dice María Neila (Alien Rockin' Explosion, Proyecto Rockin' Ladies) más presencia femenina sobre los escenarios. Esperemos que para la próxima edición este error se corrija. Porque no es ninguna anécdota sin importancia, es un problema serio en el mundo del rock y el metal; mujeres en bandas hay, y bandas de mujeres también, a patadas. Pero apoyo, poco. 

Lo que sí hubo fue un clima perfecto (calor pero no excesivo) y mucha variedad de estilos. Antes de hablar de cada banda que pude ver, debo recalcar que, para ser el primero, la organización estuvo bastante aceptable pero hubo algunos fallos que ojalá se solucionen el año que viene. Como que la entrada al festival y a la zona de pulseración fuera la misma y la falta de coordinación entre equipos de seguridad o que obligasen a rodear el recinto para entrar (y a veces para salir, depende del personal de seguridad que estuviese) por el acceso del paseo marítimo. 

Ahora sí, vamos a por el viernes. 


Tras el caos antes mencionado con el tema de pulsera sí, entrada no, es por aquí, es por allá, llegamos, tarde, a Arkona. Banda rusa que desconocía y que me sorprendió gratamente. Con Maria Arkhipova al frente manejando guturales y voces limpias con bastante soltura, desgranaron un setlist muy interesante basado en el folk más pagano. Gaitas, flautas y mucha caña en este buen descubrimiento. Habrá que seguirles la pista. 

Turno del entrañable Blaze Bayley. Resumo su actuación en una frase del propio artista: un honor haber podido participar en dos discos de Iron Maiden. Humildad y profesionalidad. Sus temas sonaron potentes y no tienen nada que envidiar a los de su paso por la Doncella. Eso sí, The Clansman es un temazo espectacular. 

La mala organización, en este caso de los tres locos que fuimos a esta fiesta de la música, nos obligó a perdernos a Leo Jiménez y Wintersun/Blooodhunter (estos últimos, españoles, en el escenario del castillo, solapados con los nórdicos). En este lapsus tuvimos tiempo para saludar a media tripulación de Alien Rockin' Explosion. Tras el breve encuentro, U.D.O. Nada que demostrar a estas alturas, un clásico y un profesional como un piano. Un show efectivo y para nada efectista. Heavy metal y punto. 

Otro dilema de escenarios: Tarja vs. Absolva. Nos decantamos por la diva finlandesa. Ya disfrutamos de los hermanos Chris y Luke Appleton, que dieron soporte guitarrero a Blaze. Tarja parece que cada noche se sumerge en formaldehído, no envejece jamás, y su voz tampoco, por suerte. Verla y oírla siempre es un regalo. Algunos temas nuevos que ganan bastante en vivo y el ineludible Over the hills and far away de mi querido Gary Moore


Más dicotomías. Dinosaurios del rock vs. Metal contemporáneo. Me interesaba mucho ver a los segundos: Seventh Wonders. Pero también es posible que tenga más oportunidades de verlos a ellos que a UFO. Y bueno, me tuve que comer mis palabras. Qué show, qué grandes, qué lección de veteranía. Sonaron de lujo y se hicieron con el público desde el primer acorde. 

No puedo decir lo mismo de Scorpions. Lo siento. Teniendo en cuenta que, para empezar, me parecen bastante sobrevalorados, la primera parte del set fue muy aburrido. La segunda, los típicos temas, cerrando con un manido Still loving you y con un Klaus Meine bastante decrépito durante la hora y media de espectáculo. Muchas luces, video y efectos pero... 

A diferencia de la eternidad que supusieron los alemanes, Europe se me pasó volando. Temas de sus dos épocas tocados a la perfección, capitaneados por un Joey Tempest inquieto y conectado con el público desde el minuto uno. Un valor seguro sobre las tablas. Una pena, por otra parte, que los Angel Witch coincidieran con los suecos. Más sacrificios...

Y tras lo mejor de la noche, nos vimos obligados a salir por patas y dar por terminada la jornada. En su momento acordamos volver a casa y dormir en nuestras camas para regresar a la mañana siguiente a la carretera. Alerta spoiler: ya no tenemos 20 años

Texto y fotos de A. Moreno 

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