lunes, 3 de junio de 2019

Ciudad Animal

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Conozco a mucha gente que adora a los animales. Gente cercana a la que no le importa sufrir los efectos de la alergia al pelo de gato por estar con ellos. Estoy bastante rodeado por personas afines a mi amor por los bichos. Incluso me he planteado el veganismo alguna vez. Si bien es cierto que procuro consumir menos carne. Bueno, me estoy saliendo del tema. Hay mucha gente que ayuda como puede y sacrifica tiempo y dinero (el poco de que disponemos hoy en día) para socorrer o paliar los estragos de una sociedad cada vez más tecnológica pero a su vez más incomunicada con la madre tierra.

Pero lo de Iratxo ya es un paso más. Y no un pequeño paso para el hombre, no. Uno de gigante. Su proyecto, su visión, es un lugar de convivencia y respeto más allá del típico refugio. La labor de estos
últimos es encomiable y su sacrificio impagable (e impagado), pero Ciudad Animal quiere ir a otro nivel. No solo acogerán perros y gatos; también caballos y animales de granja que podrán ser visitados por los más pequeños para que se eduquen en el respeto hacia nuestros peludos (o emplumados). Además, en el caso de los equinos, la intención es que tanto animales como personas puedan encontrar un tratamiento terapéutico para su salud emocional y física. La idea es que tanto bípedos como cuadrúpedos se beneficien los unos de los otros por medio del contacto. 

Como muchos otros proyectos, este también se ha tratado de abrir paso a través del crowdfounding. A día de hoy sabemos que se ha sobrepasado el mínimo para echarse a andar, pero aun queda mucho camino por delante para llevar a cabo un sueño que en números sería lo siguiente:



Recinto de 14 hectáreas.
3 Pistas para caballos.
40 cuadras.
300 recintos para perros y gatos.
1.100 metros cuadrados de huerto ecológico.
4 piscinas.
Rocódromo.
10 mobilhome para visitantes y empleados que convivirán en la Eco-aldea.
2 Corrales de 2.000 metros para caballos.
25 Cuadras, establos y espacios para la granja escuela preparados para las necesidades de cada animal.
Espacio de 5 hectáreas para animales en semilibertad.

A esto hay que añadir la contratación de profesionales, rechazando el uso del voluntariado, algo que en un país civilizado no debería existir. ¿He dicho ya que los voluntarios de los refugios merecen su particular cielo, valhalla o lo que ellos pidan porque lo que hacen es terriblemente sacrificado? Pues lo digo ahora.

En definitiva, la visión de Iratxo debe hacerse realidad. Es vital que existan lugares así en sociedades que tienen a los animales en el más bajo escalón y cuyo sufrimiento no importa, ni a los ciudadanos de a pie ni, por supuesto, a nuestros políticos en el poder.

Estoy convencido de que saldrá adelante y la Fundación Brego triunfará. Que, por cierto, supongo que Brego vendrá del segundo soberano de Rohan, creado por Tolkien y convertido en un magnífico caballo en la versión cinematográfica de Peter Jackson. ¡El caballo de Aragorn, nada más y nada menos! Necesito hacerle una entrevista a Iratxo.

Texto de A. Moreno
Imágenes de Iratxo

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