miércoles, 12 de febrero de 2020

Cómo Ser Un Superhéroe (en 6 pasos nada sencillos)

0




1. MOTIVACIÓN

Igual que con todo, el principal requisito para hacer algo es querer hacerlo. Pero no te engañes, el proceso es largo y duro, y ciertamente, ni aún siguiendo al pie de la letra los consejos que leerás a continuación hay garantías de que vayas a conseguirlo. Por ello, tu motivación debe ser algo con un mínimo de trascendencia. Si no es así, tarde o temprano acabarás abandonando, prueba inequívoca de que la noble tarea de proteger a los inocentes no estaba hecha para ti, ni tú para ella.

Tal vez un suceso traumático en tu infancia sea un buen detonante. Por ejemplo que tu tío, quien te crió junto con tu madre y que suplió la figura paterna que nunca tuviste, fuera un policía honrado e incorruptible que muriera en acto de servicio el día de tu décimo cumpleaños. En cualquier caso, sea por seguir sus pasos (intentando esquivar la muerte en la medida de lo posible) o por cualquier otra circunstancia, ser agente de la ley es fundamental para desempeñar la labor de superhéroe. Durante tu formación recibirás entrenamiento, conocerás el código penal de tu país y empezarás a familiarizarte con los innumerables peligros que te esperan en las calles.

No sólo vale con ser calificado como apto. Intenta hacerlo todo lo mejor posible. Proponte detener a todos y cada uno de los criminales de tu ciudad, y frústrate por no ser capaz de conseguirlo. Esa obsesión te irá consumiendo por dentro, y sólo entonces serás capaz de hacer algo de provecho cuando llegues al siguiente paso.


2. DINERO

Como dijimos anteriormente, el primer requisito es la voluntad, pero no hay garantías. Por desgracia, a falta de un poder sobrehumano, hay otro que necesitarás, y conseguirlo no está del todo en tus manos: el adquisitivo.

Dada la evidente dificultad de hacerse millonario como policía honrado, y que sería una enorme incoherencia por tu parte recurrir a métodos ilícitos y negocios turbios para amasar la fortuna que requiere lo que te propones, dejaremos este asunto en manos del azar. Juega a la lotería, a quinielas y a todo lo que sea legal y consista en invertir una cantidad ínfima de dinero a cambio de la posibilidad de ganar millones. Con cuidado, eso sí, de no caer en la ludopatía (aléjate de las casas de apuestas, a la larga siempre acaban desplumándote). De esta forma, será el destino quien decida si ejercerás o no de superhéroe.


3. PREPARACIÓN

Durante tu espera para que se cumpla el anterior paso, que seguramente será larga, lee sobre ingeniería y sobre cualquier cosa que pueda ayudarte a diseñar un traje práctico y funcional (un consejo: evita las capas), así como los accesorios y armas no letales que usarías en tu lucha contra el crimen. No obstante, no desarrolles nada todavía o sentirás la tentación de usarlo. Investiga también sobre cómo podrías hackear, pinchar o interceptar las comunicaciones de la Policía para estar al corriente de las emergencias que se den en tu ciudad (lo hace la prensa, aunque con fines menos honestos que el tuyo). Desde tu posición como agente es muy fácil, tan sólo tendrías que traspapelar un viejo aparato de radio. Pero, al igual que con el traje, quédate en la teoría. No lo lleves a la práctica, aún no es el momento.

Mantente en forma. Esto no sólo será aconsejable en tu posible labor como héroe enmascarado, sino también en la vida mundana y real que llevas como agente de policía. Es muy importante que no te cases, tengas hijos ni hagas nada que pueda consumir esa hipotética fortuna que recibirás algún día. Ya te lo dije, ser superhéroe implica sacrificios. Consuélate sabiendo que, si después de años jugando a la lotería con tu número de placa te has hecho demasiado viejo, al menos podrás vender tus diseños a alguna editorial de cómics, e incluso escribir historias sobre lo que podría haber sido y no fue. Si, por el contrario, la fortuna te sonríe y te haces millonario de la noche a la mañana, mantén la calma y continúa leyendo este tutorial.


4. GUARIDA

Contrata a un arquitecto para que diseñe un edificio de viviendas, con un ático amplio y seguro que tenga puertas blindadas y cristales a prueba de balas. Por supuesto, no podrás decirle que pretendes que dicho ático sea tu base de operaciones, sólo que, al haber sido policía, eres consciente de la cantidad de robos que se dan en la ciudad, y ahora que tienes tanto dinero estás un poco paranoico. Encárgale también que el lugar esté completamente insonorizado, con el pretexto de poder celebrar allí las fiestas que quieras sin molestar a nadie y dormir la resaca sin que te molesten a ti, aunque en realidad el objetivo es que los demás residentes nunca sepan si estás o no en casa. El edificio también deberá disponer de dos garajes subterráneos: uno amplio para los inquilinos, y otro pequeño para ti. Que este último esté comunicado con tu ático por un hueco vertical y una barra de hierro por la que deslizarte. Dile que eres fan de Los Cazafantasmas o algo por el estilo.

Mientras se diseña y se construye el edificio, donde volará la mayor parte de tu fortuna, aprovecha el tiempo formándote en todas las artes marciales que puedas. Por muchos juguetitos que lleves encima, la lucha cuerpo a cuerpo será tu arma más poderosa. Deberás también tomar clases de meditación. Ejercita tu capacidad de reaccionar sin pensar. Una vez esté listo el edificio, dispondrás de un lugar tranquilo para ello. El resto de viviendas alquílalas a un precio razonable, así te asegurarás de tener siempre inquilinos que paguen puntualmente. Serán tu principal sustento una vez empiece a escasear el dinero.


5. TRAJE

Ahora que tienes una guarida y una fuente de ingresos vitalicia por si algún villano adicto a los esteroides te parte la espalda dejándote paralítico, que es lo más probable, es el momento de elaborar el traje que has estado diseñando mientras esperabas que te tocara la lotería.

Por supuesto, necesitarás ayuda con este paso. Antes de nada, cómprate un coche caro y llamativo. Después, contrata a alguien que tenga maña en la mecánica y también en las artes textiles. Pero no se lo dejes a todo a él o ella, tú también tendrás que dar el callo para asegurarte de que no hay errores y agilizar el trabajo. Hay dos eventos anuales en los que puedes escudarte para necesitar algo tan elaborado: Carnaval y Halloween. Dile que quieres ser el rey de alguna estúpida fiesta de disfraces. Deja que te hable de cualquier gilipollez que no te interesa, como que se va a poner en la cabeza uno de esos implantes que han sacado para poder conectarse a las redes sociales sin tener que sacar el móvil del bolsillo. La confianza con esta persona será fundamental para después tener la ocasión de contarle que te han robado el coche con el disfraz en el maletero. De esta forma, cuando vea en las noticias a un tipo vestido con el traje que ayudó a crear, pensará que es cualquier otro menos tú. No te encariñes demasiado con el Ferrari rojo en el que estabas pensando, deberás dejar que te lo roben de verdad para hacer verosímil esa historia. Si necesitas un vehículo para vigilar las calles, es mejor una moto. Esa sí que tendrás que tunearla tú mismo, sin ayuda de nadie.


6. ÉXITO

Supongamos que ya lo tienes todo. Dinero, tiempo, entrenamiento, traje, juguetitos, vehículo, coartada... Sí. Ahora es cuando la cosa se pone emocionante.

Como todo en la vida, la primera vez será la más intensa. Aprovecha la intimidad de tu ático insonorizado para meditar. Mentalízate y controla tus nervios. Enfúndate el traje. Si lo necesitas, ponte algo de música que te motive mientras lo haces. Lo más adecuado sería algún tema épico de Danny Elfman o Hans Zimmer, pero si te resulta más efectivo Don't Stop Me Now de Queen, nadie te lo va a reprochar.

Cuando sea la hora en que la mayor parte de la gente de bien está recogida en sus casas, sal al exterior. Puede que descubras que algo no va bien; que parece haberse desatado algún tipo de caos mientras estabas encerrado en tu ático insonorizado escuchando glam rock a todo volumen. Si es así, no te alarmes. Será la ocasión perfecta para demostrar lo que vales sin que nadie se ría de tu aspecto.

Consulta las comunicaciones de la Policía. Si no sacas nada en claro, investiga un poco y descubre por ti mismo qué coño ha pasado. Recorre en tu moto las solitarias calles de tu ciudad hasta que des con alguien que te lo pueda explicar. Si te cruzas con extraños sujetos que parece estar drogados y te atacan, defiéndete, pero no los mates si no es necesario, sólo déjalos inmovilizados (es decir inconscientes). Échales un vistazo, descubre que tienen algo que les brilla detrás de la oreja derecha.

Opta por la discreción para averiguar si hay más gente así, y qué es lo que le hacen a los que no están tan preparados como tú para defenderse. Protege a los inocentes. Alguno de ellos, después de asumir que un tío disfrazado le acaba de salvar, te dirá que la gente que se comporta de forma rara lleva uno de esos puñeteros implantes ofrecidos por una empresa de telefonía móvil.

Investiga las tiendas de esa compañía, descubre que todas sin excepción han sido saqueadas. Ve a la sede central de tu ciudad para pararle los pies a la empresa, descubrirás que allí están todos tan asustados como las personas a las que has rescatado, y que no tienen nada que ver con lo que está pasando. Habla con la informática que parezca menos bloqueada por el pánico, que te diga lo que sabe. Alguien externo ha hackeado su sistema y puede controlar a las personas con implantes, obligándolas a secuestras a todo aquel que se encuentren y que no lleve uno.

Ante esa situación, vuelve a la calle y déjate atrapar por los hackeados. Tranquilo, estás preparado para soportarlo, y además es la mejor forma de descubrir qué están haciendo con la gente. Te meterán en una furgoneta y te llevarán a lo que desde fuera parece una fábrica abandonada. Una vez en el edificio, haz todo lo que esté en tu mano para no convertirte en una víctima más. Si allí tienen cautiva a gente normal, libéralos. Además de ser una acción loable y heroica, generará distracciones.

Husmea por allí, descubre que el pirata informático responsable de aquello lo ha estado planificando todo desde hace tiempo, y que incluso tiene su propia y precaria clínica de implantes robados, la cual usa para aumentar su número de esclavos con cada persona que secuestra. En cuanto te detecte, el tipo enviará a sus siervos para que acaben contigo, y es posible que tengas que matar a alguno que otro, pero evítalo en la medida de lo posible. Es imprescindible que encuentres su sala de control. Cuando lo hagas y por fin des con él, oblígale a que lo desactive todo, valiéndote de cualquier método para conseguir su colaboración; incluso la tortura. Si tienes conflictos morales ante esto, recuerda que ya no eres un agente de policía, eres algo más, y que están en juego miles de vidas inocentes.

Cuando las personas con implantes hayan recuperado el control de sí mismas y todo vuelva a la normalidad, no te excedas y deja al pirata informático en manos de la justicia. Por muy corrompido que esté el sistema y por muy reventado que lo hayas dejado intentando que colabore, ningún juez con dos dedos de frente lo dejará en libertad.

Tras recuperarse parcialmente de sus heridas, el hacker se pudrirá en la cárcel mientras oye hablar de ti y de cómo has salvado la ciudad de sus garras. El odio lo devorará por dentro, generando en él una enfermiza obsesión por fugarse y buscar venganza. Será entonces cuando habrás conseguido la última de las cosas que necesitabas para ser un verdadero superhéroe: un archienemigo.





Imagen de Polydor Records (George Michael en Freeek!)
Texto de Román Pinazo

0 críticas :

Publicar un comentario