domingo, 1 de julio de 2018

Desdoblamiento

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A ella le encantaba viajar entre realidades y pesadillas, acumulando olores y paisajes en sus labios. Cuando pasaba invisible por mi lado, movía la boca ligeramente como mueven sus alas las mariposas, y formaba palabras de idiomas desconocidos en mis oídos.

Yo la observaba atentamente, dormido en mi habitación, y la seguía obsesivamente con los ojos cerrados, como se persiguen las cosas imposibles. 

Era como romperme por la mitad. Medio yo escapaba con ella de este mundo real e inútil a cualquiera de sus paisajes oscuros y oníricos; el otro medio yo se quedaba tumbado, envuelto en una melodía triste y tétrica, adormilado en una postura fetal absurda, como la cáscara que queda después de comer fruta pasada.



Estábamos tan cerca ella y mi yo fugitivo en ese instante, que notaba los latidos de su corazón como un goteo incesante...lup...dup, lup...dup... como el tic tac de un reloj antiguo en el que el tiempo se perdía tan despacio que parecía que incluso se llegaba a parar. Mi corazón apenas si era capaz de emitir un latido. 

Entonces, ella me acariciaba suavemente los párpados cerrando mis ojos. Me mordía los labios y yo veía todos los paisajes que ella había recorrido, y olía todos los olores en los que se había sumergido en sus viajes invisibles.

En cuanto despegaba su boca sangrante de la mía, todo alrededor recuperaba tristemente su velocidad normal. Yo me mareaba y sufría, aún acostado, un vértigo atroz e implacable. Temblaba, y las dos partes de mi mismo se reunían cruelmente otra vez al despertar. Y desesperado, me daba cuenta de que ella no estaba ya. Y quedaba yo tumbado, absurdo y solo, como la cáscara de una pieza de fruta amarga, podrida ya de tanto despertar y despertar.



Texto de A. Ramírez
Imagen es la portada del Lp "Ovations", de la banda Piano Magic

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