22/08/2018
Nuestro
querido Oso murió el lunes pasado, pero siempre nos seguirá acompañando
su bondad, los momentos felices que compartimos. La vida había sido
cruel con él, hasta que lo rescataron y decidimos adoptarlo. Por su
aspecto y tamaño le llamaron Oso en la protectora donde lo recogieron y
no encontramos otro nombre que le viniera mejor, un Oso muy tierno.
Tenía año y medio cuando llegó a casa, le hemos dado todo el amor y
cuidados que hemos podido, superó sus miedos y su estado "autista"
consecuencia del maltrato recibido. Un ser noble que se convirtió en
nuestro guardián de forma natural. Nos hizo muy felices y siempre estará
con nosotros. En la vida siempre hay duelos que superar, unos son más
importantes que otros, pero todos necesitan ser elaborados. Al principio
nos cuesta aceptar la pérdida, el cambio. Negamos que exista o vaya a
existir, aunque sea por momentos. Pero no podemos evadirnos del duelo,
es un túnel que tenemos que atravesar, elaborar las emociones que
sentimos, quizás rabia, o incluso culpa, podemos deprimirnos y estar más
o menos tiempo en esas circunstancias, sin embargo aceptar el dolor y
la pérdida es la única forma de que el duelo quede superado. Tomarnos
cada cosa de la vida como un regalo que tenemos por un tiempo, aprender a
soltar, a dejar ir y quedarnos con lo que hemos tenido, es la actitud
que favorece atravesar estos procesos.
Texto de Maite Márquez Martín
Foto de Mayte Nékez
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