jueves, 6 de agosto de 2020

Cena

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Y fui a cenar a casa de mis
padres como les prometí
y hacía, bueno, como un mes
que no los veía
pero llegué muy muy tarde.

y ellos ya habían cenado
pero no hubo malas caras pese al
retraso

y lo que quedaba de cena estaba
frío
pero me lo comí
y estaba bueno.

Y me encontraba yo
de un humor
extraño aquella noche
y el ambiente durante la cena fue
como tenso enrarecido
yo ahí cenando solo
mientras los dos miraban
en silencio casi todo el tiempo
aunque
como digo no
hubo malas caras
sólo como una ausencia de vida
y el aire muy quieto.

Y cuando acabe de cenar
era muy muy tarde
y no había ya transporte público
así que me llevaron a casa en
su coche
y mi padre se sentó al volante
y yo me senté junto a él
detrás nuestro se sentó mi madre.

Y puse la radio
a ver qué había
y la canción era muy muy triste
y mi padre conducía en silencio
y mi madre guardaba silencio atrás
y yo miraba por la ventanilla
o miraba a mis padres
tan viejos
y la ciudad tan apagada
los tres en silencio
en el coche fletado a través
de la ciudad
callada callada callada
podrida
muerta.

Y
bueno
hice algo que
hacía tal vez más de diez años que
no hacía:
Lloré
pero lo hice en silencio
y me froté los ojos como si se me hubiera
metido algo
y estaba muy muy oscuro
así que nadie noto nada.



El mundo me pareció entonces
un lugar muy muy triste
donde la gente conduce desamparada
coches viejos
por ciudades vacías oscuras muertas
sin hablarse
sin esperanza

sólo dos faros
y una guitarra lánguida
y el vacío delante
y el abismo detrás
y la nada alrededor.



Poema de Sergi Puertas
Imagen de Pixabay

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