Se está hablando de eliminar el uso de la mascarilla en exteriores antes de julio. Lo estamos deseando y a la vez surge un temor. ¿Habrá suficiente seguridad? Las reacciones serán individuales. Casi año y medio utilizándola es mucho tiempo. Sobre todo en la vida de menores, que prácticamente han crecido viendo a todo el mundo con la cara tapada hasta los ojos. Más allá del miedo o no al contagio, hay otros factores que estarán presentes o aparecerán una vez bajen las mascarillas. Muchas personas nos pondremos cara, porque nos hemos conocido con ella. Qué repercusión tendrá en las vidas de cada cual el tiempo que hayamos pasado utilizándola. Hay gestos que se quedan grabados sin darnos cuenta. Por hábito. Por ejemplo, volviendo a la población infantil, habrán centrado su atención en los ojos como el resto de personas. Pero en su estadio evolutivo ese gesto quedará más grabado. ¿Qué concepto tendrán de las caras? ¿Echarán en falta la mascarilla cuando ya no esté? Un mundo que se nos abre dentro de un mes. Volveremos a reconocernos, conocernos. Quizás nos fijemos en detalles a los que antes no prestábamos atención. Lo que sí es evidente es que será un cambio. Y todo cambio supone un proceso de adaptación que llamamos duelo. Incluso cuando el cambio es a mejor.
Texto e imagen de Maite Márquez Martín

0 críticas :
Publicar un comentario