jueves, 12 de junio de 2025

Dream Theater en Fuengirola

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Me hago mayor. Han pasado 15 años desde la última vez que tuve la suerte de ver a estos titanes del metal progresivo, de la música en general y de la historia. Porque se lo han ganado por derecho. Poco tiempo después de aquel conciert(az)o, con Symphony X como invitados (los dioses me sonrieron aquella noche), el alma de la banda abandonó sus filas. Estoy hablando del excelso Mike Portnoy, amo de las baquetas y señor del Dream Monster, ese kit infernal de tres bombos que nos vuelve majaras. Y, hablando de bombos, puede que me esté adelantando, pero esa, precisamente, es la única pega que podría poner a semejante evento histórico. Los bombos, sobre todo los de la parte del doble, sonaron demasiado atronadores y tapaban bastante el resto de instrumentos cuando el tito Mike se volvía un poco loco. Pero ¿a quién le importa eso ahora? ¡Ha vuelto, en forma de berserker!

Sea como sea, cuando conseguimos entrar en el recinto, después de admirar las espectaculares instalaciones, procedimos a asegurarnos una más que merecida segunda fila. Bueno, tras la valla de la infame zona VIP o zona millonetti o como diantres se llame esa cosa que está matando la magia de los conciertos. Allí esperamos pacientemente, con contacto visual incluido del grandioso Pablo Casas, batería de Sphinx (a quien pudimos saludar al terminar el show), hasta que las luces se atenuaron y comenzó un viaje audiovisual por la carrera de los neoyorkinos, con ovación especial en el momento en que aparecieron imágenes del Metropolis Pt. 2: Scenes from a memory. También chillé en modo Flanders cuando vi las portadas del Awake y el Six degrees of inner turbulence (de los que no tocaron ninguno 😢). Entonces, así como quien no quiere la cosa, empezaron a salir puntual y progresivamente (jeje) estas fieras musicoides. 


Abrieron con Night terror, uno de los más cañeros y el que fuera el primer adelanto de su último trabajo y el primero tras la vuelta de Portnoy (Parasomnia). La mezcla de estilos, géneros , subgéneros y yo qué sé por dios ya que se dan la mano en este tema es de locos. Voy a emplear mucho todas las palabras relacionadas con la locura. 

Tras esta barbarie, Labrie nos lleva atrás en el tiempo, 26 años para ser exactos, al Metropolis Pt.2: Scenes from a memory, y entre todos encadenan (encadenamos) la segunda parte de la escena dos y la escena tres entera. Traducido: Strange déjà vu, Through my words y Fatal tragedy. ¿He dicho ya locura? Pues eso, locurón. La gente se volvía loca y ellos se gustaron bastante locamente. Aunque los únicos que parecían tener vida eran Labrie y Portnoy.  Algo ya habitual. Pues los dos John a las cuerdas y el Jordan a las teclas son más comedidos y solemnes. Labrie estaba especialmente activo y, a pesar de las limitaciones, supo jugar muy bien sus cartas alterando la melodía (siempre en tono) para no tener que enfrentarse a su yo de treinta y pico años. Así fue durante prácticamente todo el espectáculo. Porque no hay otra palabra para lo que pudimos presenciar. Se pasearon por Octavarium, uno de sus discos más incomprendidos con Panic attack. Rozaron el disco que lleva el nombre de la banda con The enemy inside. Se animaron con la imposible Dark eternal night, del  Systematic chaos. Acariciaron el extraño Dark clouds & silver linings (el que significase la marcha de Portnoy) con A rite of passage, tras la que nos dejaron babeando con unos minutos instrumentales muy introspectivos. Callaron la boca de los más puristas con dos temas del supuestamente comercial Falling into infinity: la preciosa Hollow years y la bipolar Peruvian skies (donde calzaron un pasaje del Wish you were here y unos cuantos riffs del Wherever I may roam. No creo que necesiten presentación pero de sus adorados Pink Floyd y Metallica respectivamente). Volvieron a la rabiosa actualidad con el trallazo de Midnight messiah. Se pusieron borricos con el inmenso As I am del tremendo Train of thought. Incluso nos hicieron la pelota tocando dos joyas atemporales que son historia de la música como son Take the time (muero de amor😍) y Pull me under, quizá su tema más conocido y con el que cerraron esta pedazo de noche mágica. 


Qué más puedo decir, aparte de que todavía no se me ha quitado la risa de idiota y que espero que no tengan que pasar otros 15 años para verlos de nuevo. Que tanto el recinto en sí como la organización y la ubicación privilegiada son para enmarcar. (Gracias por todo, Marenostrum Fuengirola). Que ni siquiera puedo enfadarme con ellos por no haber tocado nada del Awake ni del SDOIT, porque son para comérselos igualmente. Y yo qué sé, que la vuelta del tito Mike sea larga y fructífera y que nosotros lo veamos con los mismos ojos con los que los conocí allá por finales de los noventa. 

Por aquí abajo dejo el setlist completo para envidia sana de aquellos que no pudieron asistir. Y los que no quisieron, ¡pues hubierais estudiao!

Texto de Antonio Moreno
Fotos de Isa “Chinita” Báez

Dream Theater son estos benditos señores

James Labrie: voz principal
Mike Portnoy: Batería y voces
John Petrucci: Guitarra y voces
John Myung: Bajo
Jordan Rudess: Teclados y cualquier cosa que se toque con la yema de los dedos
 

El setlist: 

Night Terror
Act I: Scene Two: II. Strange Déjà Vu
Act I: Scene Three: I. Through My Words
Act I: Scene Three: II. Fatal Tragedy
Panic Attack
The Enemy Inside
Midnight Messiah
A Rite of Passage
Hollow Years
The Dark Eternal Night
Peruvian Skies
Take the Time

Bises:
As I Am
Pull Me Under

lunes, 9 de junio de 2025

Disfrutar

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09/05/2021
Disfrutar con Yago de esos paisajes, de una nueva puesta de sol. Sin prisa. Sin palabras. Sintiendo. Con el aire suave en nuestro pelo y el canto de los pájaros de banda sonora original. No perder la mirada de la infancia. Contemplar todo como si fuera la primera vez, porque siempre es diferente. Ellos, los animales, lo saben. Las personas lo olvidamos. Por eso hay que recordarlo. 

Texto e imagen de Maite Márquez Martín

domingo, 1 de junio de 2025

Crecer

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08/05/2021
Pronto se pintarán de amarillo los campos sembrados de girasoles. Ver crecer. Una planta, una mascota, un niño o una niña, produce una satisfacción que quizás no sepamos explicar. Ver cómo se muestran en todo su esplendor. Y mayor aún es contemplar el crecimiento personal de alguien. Ése siempre camina hacia delante. No se sigue de un deterioro como otros crecimientos. Es nuestra mejor inversión. Feliz día.

Texto e imagen de Maite Márquez Martín