viernes, 9 de octubre de 2020

Musa

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Mi mano aferrada a la suya,
¿Dónde? No siento sino calor...
gélido el ambiente que murmulla...
un etéreo rayo de imaginación lacera mis sentidos...
es su nombre sin nombre alguno
vahído momentáneo que me perturba...
profano la comisura de sus labios...
hieráticos, pétreos...
A mí lado, tras despertar,
rodeado de sudor y vagidos
el frío mármol esculpido
con rostro de mujer.

Poema de Eugenio Barragán
Imagen de Pixabay

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