jueves, 31 de enero de 2019
martes, 29 de enero de 2019
Life is Strange 2. Episodio 1
Dile al hobbit que construya un fuerte mientras tú adecentas la base. Si haceis un concurso de recoger madera seca no habrá fuerte. Mira en tu mochila y castígate mirando ese recorte de periódico que habla de vosotros. Por suerte también llevabas una manta… y cervezas. Sal a recoger combustible, unos cuantos leños servirán. Vuelve a la base. Ahora ya puedes encender el fuego. Pero antes, echa un ojo por ahí. No le digas que has visto un tronco anti estrés para osos. El niño se pone a molestar peces, es su forma de pescar. Acércate y siéntate en la roca para dibujarlo en sus quehaceres campestres. Cerca de la orilla hay un canto rodado con el que podrás ejercer de hermano mayor. No, no queremos que le arrojes piedras a tu hermano, queremos que le enseñes a hacer la ranita. Podrás encontrar otras cosas curiosas, pistas de anteriores campistas. Ahora sí, es el momento de quemar combustible, pero antes sube con tu hermano y disfruta de las vistas. Buscad formas en las nubes. Vuelta a la hoguera. A comer. A la hora del postre, el caso de la chocolatina sigue abierto. Chequea tu móvil. No hay cobertura pero podrás ver los mensajes de la gente preocupándose por vosotros. También uno de la poli, pidiéndote que declares. Charla con Daniel sobre lo ocurrido días atrás. Hora de dormir, chicos.
Continuais hablando. El tipo podría estar cómodamente sin hacer nada, su familia tiene pasta. Pero prefiere esa vida errante. Puedes decirle 3 COSAS. Suponemos que se siente solo por esas carreteras. Es su vida y le mola.
Es hora de continuar el viaje. Toca autocar y afrontar la realidad, madurar.
Para ver todo el álbum de magníficas instantáneas, pincha AQUÍ
domingo, 27 de enero de 2019
Fallo concurso: Lo que te salga II
<-Para ver y/u oír:
Y por si el olvido llama a vuestra puerta recordamos que....
¡Ganadores! Como sabéis recibiréis un ejemplar de La i Revista nº5, un lote de libros, un llavero de La i Crítica y un CD de Postal Rock; la intención es entregarlo durante el ciclo de "Náufragos" pero si no pudiera ser lo mandaríamos por correo (todo esto si residís en España). Si os aposentáis más allá de nuestra zona de operaciones… os mandaremos el lote de libros (incluyendo la revista) en pdf (que los costos son carísimos).
Las menciones del jurado se incluirán en La i Revista nº5 y les mandaremos un ejemplar, de la misma, en pdf.
Los seleccionados (os escribiremos un e-mail) aparecerán en nuestra web (que no
está nada mal, ya van más de 11.000 visitas al mes,
se dice pronto pero es todo un logro para una asociación cultural :D ).
Y esto no es todo... volveremos con el segundo concurso "Lo que te salga" el 7 de octubre del 2019 ¡Apuntadlo en la agenda!
P.D. Os recordamos que el número 5 de La i Libro-Revista saldrá a la luz en abril de este 2019
Aquí os dejamos los ganadores de los concursos que llevamos, por si os ayuda. Pero ¡recordad! ¡No tenemos un único estilo! Nos gustan muchas cosas ;)
-Lo que te salga I.
-Lo que te salga II.
-Lo que te salga III.
-Lo que te salga IV (fue desierto).
Foto de Saray Pavón
viernes, 25 de enero de 2019
El estro de los locos
En treinta y cinco milímetros
las imágenes del día
clausuran la conciencia.
Lo exterior es un incendio insofocable;
una devastación de humo y grava
que daña al hombre descalzo.
Antes del sueño hay una breve vigilia.
Un llanto conocido que se repite cada noche.
Los setenta y dos poemas del libro de Corraliza son breves conclusiones y meditaciones sobre el paso del tiempo. Un paso por la vida repleto de recuerdos infantiles, calles, luces, miedos, silencios, estrellas, noches, niebla y algo de frío. Atemporalidad y tiempo muy concreto van de la mano en esta obra. Porque algunos poemas marcan lugares y tiempos muy concretos y en otros la existencia vuela en estas poesías perfectamente construidas. Dentro de la fragilidad de los versos y la profundidad que el autor nos quiere transmitir consigue que sus poemas sean sólidos.
Cenizas en la voz
áspero hilo de alambre impronunciable.
Lo que queda es la secuela
del frío y la desgana.
El asco hueco que invade la boca de preguntas.
Aunque Corraliza muestra su alma con cierto pudor, abras por donde abras el poemario encontrarás belleza y armonía en forma de versos que te llegan de manera muy sutil. Con un ritmo bien dominado y unas pausas colocadas acertadamente, la musicalidad fluye en puro lirismo.
Cae el sol
sobre el parabrisas
blando y cercano.
En manos del destino está el timón.
Más allá del diez minutos
la ceguera es demencia.
El estro de los locos es un libro bello y que se lee desde el gusto por la poesía. Y es que cuando un poemario está escrito con una arquitectura y una estética tan firme, es muy complicado que te desentiendas de su esencia.
Nicolás Corralliza Tejeda
Editorial: Ravenswood Books
Almería, enero 2018.
Reseña de Beatriz Pérez Sánchez
miércoles, 23 de enero de 2019
Doble axel
la mirada cruzada como el cuello
roto de un cisne.
Qué inmenso el vacío de la habitación
deshabitada, con la calidez de la piel
aún flotante,
como el cuello roto
de un cisne, un doble axel
de la sutileza.
Y las siluetas, esbozos efímeros
en el colchón cómodo de la despedida.
Qué inmenso el vacío del cisne
muerto sobre las sábanas,
el salto doble al precipicio,
Fuera, un semáforo acelera
acantilados.
lunes, 21 de enero de 2019
Cabeza hueca
sábado, 19 de enero de 2019
Seas quien seas
Seas quien seas, estés donde estés, sea cuando sea que estés leyendo esto, o no leyendo esto, estoy casi seguro de que estás librando una pelea. Tal vez sea una pelea contra un mal trabajo, o un jefe cruel, o una empresa que te explota. Tal vez sea una pelea interna, contra una duda paralizante, o un temor que te desgasta o una pena sin fondo. Tal vez pelees contra una enfermedad, o un dolor, o una separación nada amistosa, o algún otro monstruo amorfo que parece decidido a devorarte entero…: la locura, la culpa, una deuda. Tal vez estés peleando por algo, por algo esencial, que no has tenido nunca. Un hogar seguro, un amor verdadero, un trabajo satisfactorio. Tal vez lo hayas tenido y te lo hayan quitado y estés peleando por recuperarlo. Sea cual sea el caso, esta mañana, al poner los pies en el suelo, o en la cubierta de tu barco, o en la tierra de tu campamento, has planificado el día alrededor de esa pelea. Esa pelea te define, te da forma, tal como debe ser y seguirá siéndolo hasta que se declare un vencedor, y entonces empieza la siguiente pelea, y la siguiente, hasta que llegues a la última pelea de tu vida, que perderás, como todos los que has conocido perderán la suya.
jueves, 17 de enero de 2019
Satán es un canalla despeinado
Existe una dualidad muy interesante en González Lago: ser poeta y profesor canalla. Parece que cuando escribe le resulta imposible desdoblarse. Y este autor deja muy claro desde el primer poema que sus textos se enmarcan en una filosofía canalla.
El canalla es
políticamente incorrecto,
sordomudo ante medias verdades.
Las medallas relucientes
no se hicieron para ser exhibidas
en el pecho ensombrecido del canalla.
Satán es un canalla irreverente.
Ahora bien, ¿Qué nos quiere contar este profesor poeta canalla en su nueva obra?
Nos quiere hablar de Satán, un ser libre, un outsider resistente al orden social establecido; un personaje rebelde que no se peina como oposición al capitalismo feroz, a la idiotez generalizada y a la cultura de la imagen como culto.
El sociólogo Manuel Castells dos décadas atrás nos hablaba de los ángeles y demonios del ser humano y de los agujeros negros del capitalismo. González Lago también aborda estas cuestiones del bien y el mal sin hallar respuesta. Lo que sí sabe es que es mejor convivir con la oscuridad y sus diablos antes que negar su existencia. Y en última instancia Satán no es más que un ser exento de responsabilidad, inocente y con gran capacidad para amar universalmente. Invertir la estrategia de juego del poder le resulta tan difícil que su único recurso es dejarse el cabello despeinado cada mañana para marcar la distancia entre los seres como él y los perversos que sí podrían modificar el rumbo de la historia pero que, en cambio, la prefieren destrozada.
Y todos tenemos,
en algún lugar del mapa que somos,
esa marca del demonio que nos delata,
la prueba del delito
de nuestros coqueteos con el mal.
Confesemos sin torturas.
Nadie está libre de pecado.
Solo nos queda elegir
entre el baño de la bruja
o el calor de la hoguera.
Y como si el arte y el infierno fueran de la mano para hablarnos de la vida, el autor dedica una sección de su libro a tratar el dolor que causa la luz en la pintura de Picasso o a hacernos ver cómo Goya es un artista acorde todavía a nuestra modernidad. El poeta está realmente preocupado por la ceguera de una gran parte de la población y es por ello que parece interesarse en la mirada que aporta la pintura, el cine o la fotografía como forma de transformación cultural y social. Porque vivir en un mundo de grises o en el jardín del Edén de El Boso sería lo mismo para este escritor. No hace falta inventar nada, todo está dicho ya, sólo hace falta recuperar la memoria histórica y la visión del arte transformador para sostener la dura realidad.
Kiarostami nos enseñó
- a través de los olivos –
que Occidente se mueve
demasiado deprisa,
a un ritmo frenético
y endiabladamente feroz.
La vida continua sin él
y hará lo mismo sin nosotros.
No hay que correr tanto.
Cuando el poder carcome como forma de dominación, la poesía surge para intentar combatir las injusticias. A González Lago le duele mucho la supremacía del Mal en sus diversas formas que ejerce contra los más frágiles: víctimas de violencia machista, los niños tragados por el mar, los muertos en las guerras o los olvidados en las cunetas. Y por ello el autor también grita rechazando el futuro de la educación que se encarga de programar individuos sin escrúpulos y descerebrados que banalizan el Mal y sirven para aumentar los intereses de un grupo de opulentos.
Ejercer el mal a sabiendas es pernicioso.
Permitir que se ejerza,
con complicidad y alevosía,
con una venda de inmundicia en los ojos
o con la cara mirando hacia otra parte,
es incluso más ruin.
Es insalubre y repugna.
Cuidémonos de la excesiva normalidad.
Ninguna calma dura eternamente.
González Lago desnuda su voz al final del poemario. Sus poemas se vuelven cercanos y muy personales. Sus versos canallas permutan y muestran el secreto de su pensamiento de manera más íntima. Y es ahí donde se desahoga completamente y permite que aparezca su yo más verdadero y auténtico.
Mezclando poemas más largos con otros más breves el poemario se divide en seis partes, todas ellas con una intencionalidad muy clara en sus versos: el poeta quiere que seamos grandes consumidores de cultura para poder ser libres después. Sólo así podremos transformar nuestra mirada repleta de luz para combatir los efectos devastadores del poder y del Mal.
Quiero escapar de esta clara penumbra.
Reseña de Beatriz Pérez Sánchez
martes, 15 de enero de 2019
El último aullido
consagrar nuestros sueños.
La danza es etérea y volátil
porque hay un tronco truncado
que se niega a caer.
Todos buscan una causa,
una solución, un tecnicismo...
Nos toca desvanecer.
No hay campaña que avale ninguna lucha,
ni luz que amortigüe lo oscuro.
La prosperidad se esconde
bajo el entusiasmo endeble
de fino hilos.
Todos celebramos la pérdida,
dibujándonos eternos
sobre el último aullido.
domingo, 13 de enero de 2019
Sin nombre, sin número
Texto de Eugenio Barragán Fuentes
viernes, 11 de enero de 2019
Carpe Diem
miércoles, 9 de enero de 2019
El día que dejé de quererte
lunes, 7 de enero de 2019
La incidencia negativa de las redes sociales
sábado, 5 de enero de 2019
Represión de Sara Trasto a la necia artistocracia
escuchan a Mendelssohn en los días de lluvia
se inventan una tristeza que haga juego con su sofá
emulan la languidez del más cretino de sus gatos persas.
En su exquisita requetemiseria
artistócratas como tú leen el Libro del desasosiego
lamentan la dicha inalterable de sus días
la moldura acartonada del ocio que los domeña.
Hacen fuerza para llorar, quieren llorar como sea
piensan en una cáscara de plátano abandonada en la acera
derraman el licor de sus bombones, se arrancan un padrastro,
dan de cuerpo, se desgarran, trascienden la materia
y finalmente lloriquean.
En estados carenciales parece que vociferan
"¡Ay balsamito de Fierabrás, asísteme!"
aquijotados de ramplonería estérica.
Artistócratas como tú se envasan
al vacío
¡qué caramba!
dan al asco la mejor consistencia.
No cambies, por favor, fútil engendro:
contra ti vale la pena calar las bayonetas.