sábado, 2 de febrero de 2019

Ir

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Para que la poesía sea un viaje debe acompañarte sin interferencias y de manera tranquila. Si existe una poeta que está fuera de la contaminación de las redes sociales y alejada de la inmediatez su nombre es Cecilia Silveira. Su nuevo libro de poesía se llama Ir. Ir, llegar y estar son las tres secciones del poemario. Y en este tránsito pausado Cecilia Silveira compone sus versos con exquisita musicalidad.

Mienten mis manos.
El desplazar se instala en mi garganta,
no digo casi nada cierto,
escucho un latido que huye,
lo sigo,
y el surco que dibuja en el espacio
me guía.

Los versos de la autora recuerdan esos inicios de Woolf o Duras cuando componen sus textos a partir del sonido de las olas del mar, el silencio de las playas desiertas o las sombras de los árboles. Desde esos paisajes la palabra se transforma en un puente que te conduce a cuestiones como la muerte, el deseo o el hecho de escribir. Sus versos se parecen a las naturalezas muertas en la pintura, pero las suyas están completamente vivas. Además, el ritmo, la cadencia y la musicalidad de su poesía surgen de manera muy natural tras esa elaboración tan calmada que la autora nos expresa.

Dejamos el puente atrás,
gritamos conjugaciones de un ir común,
y llegamos al acontecimiento.
Porque un puente atravesado por el tiempo
es siempre un disparador de instantes.

Lo veranos, las dunas, la muerte.
El guardián de los granos de arena
conoce la estrategia de las hormigas,
y seduce al aire
en espera de un paisaje quieto.
Sabe que el movimiento incita a dudar.


El puente es un lugar de paso, de cambio, de unión de un lugar a otro, pero también puede separar, marcharse y abandonar a los caminantes. El puente es una proyección de deseos e ilusiones, así como un lugar en el que se pierde aquello que no se es. En definitiva, el puente de Silveira es un terreno sin tiempo.

y conseguimos arañar la cáscara que nos niega,
en un terreno sin tiempo,
donde ya estamos perdidos.


Elementos líquidos y marinos están muy presentes en Ir. Encontramos mareas, olas, corrientes, lluvia, lágrimas o ríos entre los símbolos de agua de la autora.  Así como también aves, insectos y árboles entre lo inmaterial y lo material de piedras, nidos, juncos, aire o luz. Sus composiciones son hermosas, plasman sabiduría y transmiten la paz de los versos que se han escrito con calma y que luego se han trabajado con lentitud.
Para poder escribir, se debe leer con profundidad. Es por todo ello que no sorprende que entre las muchas lecturas de la autora se encuentren escritores de la talla de Ida Vitale, Idea Vilariño, Inger Christensen, Tomás Transtromer, Adam Zagajewski, Wislava Szymborska, Concha García, Sharon Olds o Alejandra Pizarnik.

Se oyen gritos que llegan.
La entrada a todos los puentes es una puerta
en la última habitación del ahora.


Ir es un gran poema lento, culto y prudente. Un libro para aprender, sentir y vivir un recorrido. En él Silveira nos muestra su madurez poética observada desde un instante de transición.

Sólo sé estar en este instante
y apenas soy capaz de transmitirlo.


Título: Ir
Autora: Cecilia Silveira
Ediciones En Huida
ISBN: 978-84-17502-36-2
Reseña de Beatriz Pérez Sánchez
Imagen portada de Ir

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