jueves, 23 de marzo de 2023

Yoshitaka Amano

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Final Fantasy, la saga y, en especial, el que ocupa el séptimo lugar, no solo robó mi corazoncito gamer. Además de satisfacer mi oído y mi gusto por las buenas tramas, también enamoró mi exigente vista con su arte conceptual. Implicado de alguna forma en la mayor parte de la franquicia, el genuíno Yoshitaka Amano consiguió que me interesase más por otras técnicas ajenas al lápiz y la tinta típicos del manga que me tenía absorbido por aquella época. Siendo japonés es de esperar que a veces se haya visto envuelto en algún título de este mundillo. Pero lo que más destaca de su obra es su gran imaginación a la hora de situar delante de nuestras narices imágenes que solo habían estado dentro de la mente de otros. Y, después de investigarlo más a fondo, de la suya propia.

Su estilo se caracteriza por el uso de tonos suaves y líneas finas, la representación onírica y muy personal de mundos de fantasía conocidos (como la serie de novelas de Elric de Melniboné del gran Michael Moorcock) o de su cosecha y la palidez de la piel de los personajes que los habitan. Aunque podría recordar a Klimt a veces, por el uso de colores, tiene un estilo bastante personal y reconocible. Ese es su fuerte, la autenticidad, la genuinidad que te hace saber perfectamente que estás frente a una de sus obras con un simple vistazo.

Ha participado aportando su visión personal de los personajes principales, como hemos indicado arriba, en casi todos los títulos (en los VII, VIII y X fue Tetsuya Nomura) de la saga de Square (Enix). Pero no queda ahí la cosa. Ha puesto su arte al servicio de gente tan ilustre como Neil Gaiman en su novela gráfica The Sandman: The Dream Hunters. Ha creado las portadas de tres discos de la banda japonesa Galneryus. Es el autor de una adaptación ilustrada de La flauta mágica de la estrella del rock del Clasicismo, Mozart. Para retomar el tema videojuegos, también es el responsable del artwork de una delicia de juego que acaricia los sentidos: Child of light. Y muchas otras cosas, claro. Este es solo un brevísimo paseo por su universo. Aquí trataremos de centrarnos en su imaginario propio. Seréis partícipes de su desbordante imaginación. Puede que no sea mediático pero merece la pena entrar en su cabeza por un momento y deleitarnos con algunos de sus trabajos  presentes en sus numerosos artbooks. Pincha en cada imagen para sufrir síndrome de Stendhal :)

Texto de Antonio Moreno
Imágenes extraídas de la web del autor








 

 

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