sábado, 25 de julio de 2020

De pasada

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Cada día, de camino al trabajo,
me cruzo en el mismo semáforo con tus piernas.
Me cautivan,
cubiertas por tejanos o vestidas para matar.
Enfundadas con mallas negras
refulgen con el sol del mediodía
y las parcelas tibias de tu piel
se amoldan a mi mirada.
Mi cabeza se cimbrea al ritmo de tu cuerpo
hasta que desaparece por el final de la calle.
En cuando piso la otra acera,
sólo pienso en placarlas
al día siguiente.

Poema de Eugenio Barragán
Imagen de Pixabay

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