Los brazos son esos cilindros de carne que cuelgan
a los lados del cuerpo, muy útiles para que no se nos
caigan las manos al suelo, para ponernos inyecciones,
para pagar en los aparcamientos y para bailar break
dance. Sin embargo, los brazos son muy molestos cuan-
do uno se enamora, porque en el amor siempre sobra
un brazo.
Vas al cine con tu novia y hay cuatro brazos para tres
reposabrazos. ¡Ahí te sobra un brazo! No puedes hacer
nada. Dices: «Ya sé, se lo pongo así por detrás». ¡Nooo!
Porque los sillones de cine hacen efecto torniquete. Si la
peli es larga se te corta la circulación.
Fragmento de ¿Por qué los mayores construyen los columpios siempre
encima de un charco? de Luis Piedrahita
Imagen de Pixabay
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