domingo, 8 de agosto de 2021

Abandonados vs. Adoptados: Pelis

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A. Moreno 

Abandonada: Son muchas, muchísimas las películas que jamás veré porque el mero cartel me puede asquear, incluso el título puede repugnarme hasta plantarle el veto definitivo. No es más que una decisión personal, una forma de proteger mis neuronas, tal vez. Si sumamos a esto las que me han hecho caer en un profundo sueño (Resident Evil II, Ché, etc.) y las que me decepcionaron horriblemente (La noche del cazador, Sólo Dios perdona, etc.) el catálogo puede ser interminable y me pidieron que fuera breve. Sin embargo, si hay una peli que me llama la atención pero a la que apenas he arañado unos minutos del metraje, esa es 2001: Una odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968). Si me preguntasen por el motivo, realmente no sabría qué responder. Voy a cumplir 35 años y no he encontrado el hueco entre miles de horas disponibles. Algún día me colocaré esos dispositivos en los ojos que aparece en una de las secuencias más memorables de La naranja mecánica, otra que me costó años ver entera.

Adoptada: Es algo más que una simple peli, adaptación de algo más que una simple novela. Es una declaración de principios, un sueño que jamás haría realidad porque no tengo las agallas necesarias ni la capacidad de liderazgo de los protagonistas. El club de la lucha (David Fincher, 1999) es ESA película que necesita más de un visionado para extraer todo el jugo. En mi caso tengo grabado a fuego cada diálogo, cada plano, cada particularidad. Y siempre quiero verla otra vez, porque estoy convencido de que todavía queda algún detalle que se me ha escapado en alguna de las decenas de veces que la he disfrutado. Y pensar que me la perdí en el cine… Menos mal que un gran amigo me convenció para verla, en VHS.


Mario Tornillo
 
Abandonada: Normalmente me sobran muchos efectos especiales, persecuciones trepidantes, peleas coreografiadas, disparos que pasan rozando y explosiones que tiznan la cara y no rompen el tímpano. Partiendo de que habitualmente esas no las llego ni siquiera a empezar, la película abandonada tiene que ser otra: entre el blanco, el negro y las alas del ángel, me dormí viendo El cielo sobre Berlín. No pretendo con esto desmerecer la cinta, seguramente le daré otra oportunidad. No correrá esa suerte Harry Potter, que gastó la suya en la primera. Para evitar ir dejando películas abandonadas en las cunetas, procuro ver las que intuyo que me van a gustar (¡y se me van acumulando!).

Adoptada: Estoy dispuesto a apadrinar historias redondas, entretenidas y con buen chimpún, como Los chicos del coro o La vida de los otros, por la estructura narrativa, por su humanidad, por sus reconciliaciones, porque al terminar soy más feliz. Quizás esas son algunas de las características por las que me conquista una película y esos son simplemente dos títulos que a bote pronto he recordado. No son las únicas, ya que no sería posible dejar fuera los primeros minutos de Up, ¡adopto esos minutos!, y no se me ocurre mejor manera de huir de balas y bombas que en cuclillas, como El Monstruo de Roberto Benigni.


Saray Pavón
 
Abandonada: Ya no puedo decir El padrino (sí, habéis leído bien), pero casi. Aunque es interesante tiene un ritmo que mis párpados no toleraban, comenzaban a caerse y se llenaba la habitación de zetas (zZzZ). Como al final pude aguantar (con bebidas energéticas, café, etc.) y mi memoria me ha hecho olvidar un sinfín de títulos, que calzarían perfectamente aquí, tendré que hablar de una que hasta se me atraganta el nombre y es Torr... agr, espera. Torre.. buag. Un momento que tome aire. Torrente. Puf ¿Por dónde empezar? Ok. Pienso que Santiago Segura lo hizo como crítica y le doy un 10 en actuación (sobre todo por las entrevistas que he visto, dista mucho del personaje con lo bien que se expresa y su opinión) PERO me parece un reflejo de todo lo asqueroso del ser humano. No me arrancó ni una sonrisa (mucho menos risas) y de hecho consiguió marcarme tanto, para mal, que en mi cabeza salta una alarma cuando alguien me dice que le gustó (el Sexappeal dice: ¡Vemos!).

Adoptada: Ahhhhhhhh ¿Sólo una he de elegir? ¡No puedo! ¿Dónde dejo El club de la lucha, Origen, Eclipse Total, 4 minutos, American history X o el cine de David Lynch? ¿Qué hacer con las maravillas de Isabel Coixet? Aunque quizás debería decir Las horas y contar el porqué. Recuerdo que cuando la vi por primera vez no me había leído el libro, de Virginia Woolf, por lo que mi cerebro iba sin instrucciones; creo que cuando no sabes qué te vas a encontrar estás más expuesto a las emociones y a la sorpresa, eso me sucedió. Me engancharon y cautivaron tanto las historias entrelazadas, me pellizcó tan fuerte el corazón que mis ojos se volvieron mediterráneos y se desbordaron hasta el atlántico y tuve que ponerla una segunda vez para llorar todo. Y una tercera para despedirme de los personajes, ya con un poco de más calma. No creo que esto vuelva a repetirse con otro film y por eso, más que adoptarla, creo que es una pieza del puzzle que me conforma.


Álex Ruiz
 
Abandonada: Realmente no tengo ninguna película abandonada. Todas las he visto hasta el final. Sí nombraré una que vi en el cine en 2004 y que menos mal que era corta, 84 minutos, porque todos queríamos salir de allí cuanto antes. No es otra que El leñador. Aunque sea cine independiente y tenga una nota aceptable fue un tostón del que no recuerdo ni la mitad. El protagonista sale de la cárcel por abuso de menores y se pasa todo el metraje deprimido y vigilado tanto por familiares como por un policía local sin que ocurra nada especial. Lo único interesante fue un diálogo entre el policía y el protagonista, no por el diálogo sino porque se veía el micro en el techo entrando y saliendo de plano continuamente.

Adoptada: Los libros superan a las películas, esa es la regla, y toda regla tiene su excepción. La novena puerta está basada en el libro El club Dumas. En sí el libro de Pérez-Reverte es muy bueno haciendo que dos tramas avancen simultáneamente y se mezclen. La película descarta una de las líneas argumentales centrándose sólo en una de ellas pero tomando algunos elementos de la descartada para enriquecerla; básicamente tres personajes con distintos roles. El resultado es otra versión de la misma historia, mejorada y más oscura que la original, una excelente conversión de una trama secundaria en la principal. Recomendable película.


Jesús Paluzo
 
Abandonada: Es raro que no termine de ver una película y, si esto ha pasado, posiblemente sea porque haya previsto mal el tiempo y tuviera que salir o, incluso que me apeteciera demasiado empezar a verla y luego, nunca la acabase. Sin embargo, esto no me pasó con El bueno, el feo y el malo (1966), ni tampoco con Casablanca (1942), ambas me hicieron comprobar que eso que llaman aburrimiento también podía pasar por mí… Sí, creo que dos oportunidades les di a cada una. Es posible que presente cierta aversión por las películas antiguas (malos gráficos y pésimo sonido), no me quejo en ningún momento de la trama de las anteriores a 1985, pero no tolero lo audiovisual; supongo que soy de las nuevas generaciones.

Adoptada: La peli adecuada en el momento adecuado podría implicar la pieza que conecte el próximo puzle en tu mente. Tanto es así que muchas de las últimas obras cinematográficas que he disfrutado han sido el producto de una búsqueda marcada por esa idea. Big Hero 6 se ha convertido en mi película adoptada. Posiblemente, por mi faceta de diseñador y afán por las invenciones o, tal vez, por esa entrañable emoción que me despiertan las películas de animación, gracias a la saturación de los colores, la simplificación de los escenarios y los sonidos, por supuesto, distintos de la realidad. Puede ser, simplemente, porque me hagan soñar con mayor facilidad. Recomiendo encarecidamente Stockholm de Rodrigo Sorogoyen para los amantes de los análisis psicosociales y las conversaciones profundas. Aunque tampoco podía pasar sin mencionar una de mis pelis favoritas – es de esas que solo se ven una vez, pero se disfrutan demasiado – Olvídate de mí protagonizada por Jim Carrey (¡Guacheles! ¡Adoro a ese tío!).


Migue Carrión
 
Abandonada: Vale, tras una ardua deliberación de… digamos tres segundos, tengo que reconocer que poner un título sobre todos los demás que he desestimado me va a costar bastante más tiempo del que tengo pero, por decir alguna que verdaderamente me doliera, Ghost Rider. ¿A quién se le ocurrió destrozar una adaptación de la Marvel con un ente como Nicholas Cage? Obviamente la secuela ni me la planteo.

Adoptada: En contraposición a Nicolás Jaula, como adoptadas puedo incluir una miríada de películas de Kevin Spacey, empezando por Sospechosos habituales, K-Pax, Atando cabos, o American Beauty… Y si hablamos de cine en español, que sí, que os digo que también hay películas buenas en español (y las estáis viendo en versión original, para que no digan los más progres) yo propongo dos títulos, (aunque me quedo muy corto). No habrá paz para los malvados, protagonizada por Jose Coronado, que con el tiempo se ha convertido en una de las apuestas seguras del cine español y Nueve Reinas, (he dicho en español, no españolas) con Ricardo Darín, un actor que arreglaría hasta una película de Nicholas Cage.

Creo que nadie se ha percatado de que detesto a Nicholas Cage.


David Losada
 
Abandonada: Es raro que no termine de ver una película, ya que suelo darles la oportunidad completa (por si mejoran al final jeje), para luego caer en el olvido. De este tipo apuntaría a toda la serie Transformers, que si no fuera por estar con mis hijos las eliminaría de la faz de la Tierra ;). Y otras te preguntas cómo han tenido tanta taquilla cuando su argumento dormiría a un búho, como El código Da Vinci, en la que me pasé la película preguntándome si pasaría algo interesante a continuación, u otras que en su momento vi pero que ahora me arrepiento de haber perdido el tiempo como las de la saga Crepúsculo (sí, mortalmente malas, ataque de romanticismo que tuve supongo, no me extraña que a mi chica no le gustaran).

Adoptada: Menos mal que estas abundan mucho más, y hay muchos clásicos que vi más tarde ya que en el primer visionado de mi juventud no las disfruté; la serie de El padrino, por la que no pasa el tiempo, por ejemplo, intrigas familiares y negocios sucios magistralmente contados. O todas las de animación del estudio Ghibli (la Disney japonesa), con verdaderas joyas como El castillo en el cielo, El viaje de Chihiro, Porco Rosso o El Castillo ambulante, por mencionar alguna. En ellas la fantasía, imaginación y cultura japonesas se representan a partes iguales con el amor por la naturaleza y los principios de bondad e integridad como principales ingredientes.


Textos de los miembros críticos 
Imágenes: composiciones de A. Moreno

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