-Sólo sirve para lucirse -dijo Pierrot, y se encogió de hombros mientras enunciaba esta evidencia.
Briony supo que tenía razón. Por eso precisamente ella adoraba las obras de teatro, o por lo menos la suya; todo el mundo la adoraría a ella. Al mirar a sus primos, debajo de cuyas sillas se estaba encharcando agua que luego se filtraba por las grietas entre las tablas, supo que nunca comprenderían su ambición. La indulgencia suavizó el tono.
-¿Tú crees que Shakespeare sólo quería lucirse?
Fragmento de Expiación, Ian McEwan
Imagen de Pixabay
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