lunes, 24 de mayo de 2021

La inercia de la sociedad

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Una montaña rusa de sensaciones nuevas recorre París. Los cuatro años de guerra de finales del siglo XIX pretenden cerrarse con conmemoraciones, con un periodo de duelo para los excombatientes; esto hace que acojan "El diablo en el cuerpo" como un escándalo, ya que narra la apasionada relación entre un joven y la mujer de un soldado que lucha en el frente, pero sobre todo por los rumores de autobiografía en cubierto. Su autor, Raymond Radiguet, no pudo disfrutar de los éxitos ya que murió en 1923, a los veinte años; pero su primera novela se convirtió en un hito, en el libro de cabecera para una generación que estaba en la flor de la vida, cansada del luto y las banderas.

Los años veinte vienen pisando fuerte, marcando una etapa en la historia de Francia y dejando atrás el recuerdo de las trincheras con un mundo de risa y placeres. Todo se acelera: las mujeres se emancipan, surge una revolución cultural, una intensidad inaudita. Se realizan carreras, a cuál más extraña (como la famosa carrera de camareros) y otras hazañas peculiares e inverosímiles que pretendían captar la atención de la prensa por unos minutos.

La efervescencia va de las venas a las calles de la ciudad. El coche ya no es un objeto de la burguesía y los bulevares reflejan el Art Decó. Un torbellino de investigaciones facilitan las actividades de la cocina y desencorseta a la mujer.
 
El documental París, los locos años veinte también nos lleva de la mano por la moda. Ese terreno, hasta entonces mayoritariamente masculino, abre sus puertas a las primeras diseñadoras; algo estaba cambiando lenta pero inevitablemente. Coco Chanel le dio al color del luto un toque elegante, una belleza más sutil y masculina; que sumado el corte de pelo a lo garçon se convirtió en el icono de esta década.

A través de las imágenes iremos adentrándonos en los ritmos, cambios y revolcones de Montparnasse con la palabra libertad. La Francia conservadora contra el París de pelos revueltos, el ayer contra el mañana, donde se encontraba ubicada Alice, más conocida como Kiki de Montparnasse. Los hombres deseaban poseerla y las mujeres querían ser como ella, convertirse en una leyenda. A los 13 años, para sobrevivir, trabajó en una cadena de aclarado de botellas retornables y en la trastienda de un editor que imprimía clandestinamente ejemplares del Kamasutra. Años más tarde escribiría: Estas imágenes curiosas inspiraban a mi entrepierna los movimientos de un pájaro que no consigue echar a volar y comenzó a frecuentar la bohemia.

Os recomiendo que dejéis que la palabra provocación penetre vuestras retinas (guiño, guiño, que en esta etapa sabemos que querían atentar contra el pudor y lo consiguieron). Descubrid la escritura automática, el cadáver exquisito y mucho más.

Texto de Saray Pavón
Imagen: Retrato de una mujer con un cigarrillo (Kiki de Montparnasse) - Dongen, Kees van

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