Cuando ví Ágora recién estrenada, aunque no me hizo saltar de mi asiento, fué entretenida, profunda e innovadora en la forma de recuperar la historia.
La película (como la fantástica Distrito 9) es más profunda y compleja de lo que parece a simple vista, aparte de ser una historia de amor platónico, esconde muchos mensajes contra la intolerancia y el fanatismo en las ideologías, en este caso contra el cristianismo de los primeros tiempos que a más de uno puede hacerle detestar el guión, sin embargo hay que verla desde la perspectiva histórica.
Me ha parecido más un documental que una película por el realismo extremo de sus decorados y sus personajes, no hay sobreactuaciones al estilo holliwoodense, donde la vida de los personajes es pura pasión, acción y aventura, guardando poca relación con la realidad humana y sus miserias.
Los personajes de Amenábar son siempre así, humanos, parecen algo superficiales, y cuesta sentirse partícipes de la película; estamos acostumbrados a los personajes ultra-complejos y apasionados de otros filmes, pero mal acostumbrados al fin y al cabo.
Hay opiniones encontradas; unos la encontrarán fría y predecible, y otros honesta con la realidad, sincera y humana; de estas dos yo me quedo con la última.
En la película, de grandiosos decorados, escenificación e innovación en la presentación de la historia (los planos desde el cielo y de la ciudad de Alejandría son maravillosos para escenificar el momento y lugar de los acontecimientos), se nos presentan los personajes más realistas que he visto nunca; personajes sencillos y humanos, con ansias de ser felices, desatar sus pasiones y defender sus ideales (aunque estén equivocados muchas veces, como el líder cristiano).
En mi opinión la mejor puesta en escena; una película-documental que merece la pena verla en clase de historia, pero no tanto en un cine, tal vez.
Y es que a veces se mostraba aburrida; pero no tanto por querer mostrar la vida dedicada a la ciencia y el conocimiento de Hipatia en esas largas clases de astronomía que nos da la película (necesarias para comprender la pasión de Hipatia por el saber, el placer del descubrimiento e investigación del que tantas veces he hecho eco en este blog), sino por la sucesión de acontecimientos que en ella se ven.
En mi opinión este tema no debería haberse mezclado con la lucha de poder y fanatismo del final de la película, sino haberse dejado en el principio de la película (hasta la mitad como mucho), continuando con las clases de Hipatia a sus discípulos; la película de este modo iría in-crescendo y además guardaría más relación con la historia real (Amenábar ha jugado con la historia a su antojo en determinados momentos), que nos inculca que Hipatia fué asesinada cuando tenía entre 45 y 60 años de edad.
Yo me quedo con el mejor momento de la película: cuando Cirilo manipula y tergiversa las Sagradas Escrituras para poner a todo el mundo contra Hipatia; así lo ha hecho la Iglesia desde que existe el cristianismo, utilizando el mensaje pacifista y unificador de las Escrituras para buscar el mal donde no existe.
La película podía haber sido más apasionante, le falta un toque a lo Steven Spielberg para que nos sintamos más conmovidos; al fin y al cabo una película no es un documental, ni siquiera el autor ha querido que lo fuera.
De una cosa estoy seguro: Aunque no salgas lleno de júbilo del cine, esta cinta no envejecerá tanto con el paso del tiempo como las que lo consiguen.
De hecho, no es la obra maestra de Amenábar que te esperas, sin embargo le ha hecho crecer como director y guionista, que de forma ambiciosa innova y experimenta con cada nuevo título.
Gracias Amenábar por llevarnos a Alejandría y dejarnos contemplar la Historia de su ciudad y Biblioteca(la pequeña en este caso) en todo su esplendor bajo su Faro.
Enlaces relacionados:
Alejandro Amenábar logra aplausos y divide a la crítica (noticine)
Ágora, la película (wikipedia)
Alejandría (wikipedia)
viernes, 13 de enero de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 críticas :
Publicar un comentario