jueves, 28 de agosto de 2025

AQUÍ

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AQUÍ

Aquí debo estar.
Afirmas
mientras los invasores
echan abajo las murallas.

Aquí quiero estar.
Declaras
mientras comienza el saqueo
y la matanza.

Aquí merezco estar.
Susurras...
mientras arden edificios
y cadáveres.

Aquí,
           justo aquí.
Callas
mientras te sientas sobre las cenizas
de lo que fueron tus dominios,
sobre la devastación de tu alma.

20/06/2025


Texto, audio e imagen de Álex Ruiz.
Música de fondo de uso libre de www.fiftysounds.com. Obra: Vulcano.




lunes, 25 de agosto de 2025

Vives ya en Matrix, de Jose Fraidías

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Así es amig@. Tú vives en Matrix ya, y no lo sabes. Aunque estamos cerca de ese 2019 en el que en BladeRunner los coches volaban y en 2018 aún no vuelan, tú estás dentro de una máquina que succiona tu vida y a cambio te ofrece chutes de falsa endorfina a modo de pastilla roja o azul, o de otros colores. Este Matrix, dominado por la tecnología, en el que gobiernos y grandes corporaciones por igual dictan lo que vemos, oímos, leemos, compramos, queremos… Y con nuestra absoluta y total connivencia, ajenos a lo que ocurre como si no fuera con nosotros. ¿Creéis que exagero? Seguid leyendo entonces y luego lo pensáis, aunque sea un poquito más de lo que se pensó Neo coger la pastillita de la mano de Morfeo…

Eres una persona esencialmente feliz con tu smartphone, tu tablet o tu portátil, leyendo noticias en Facebook, viendo los tuits de los tuiteros de moda, comprando cositas en Amazon o Aliexpress que has visto recomendar a algún youtuber, instagramer o blogger, hablando por WhatsApp con ese amigo al que hace tiempo que no ves… La tecnología es maravillosa. Igual puedes sobrecogerte de un terremoto grado 7 en la escala Richter en una punta del mundo que enternecerte con el nacimiento de sixtillizos en la otra punta, y eso mola tanto como darle un “like” a alguno de los que antes mencionaba. Y ya si ese “like” es para ti, porque estás contando, exponiendo públicamente tu vida y milagros en la inmensidad anónima de internet, entonces ya es el acabose a nivel mental. Supremo. Deleite absoluto. Y mentira absoluta. Porque esas noticias que lees en las redes sociales no te molestas en contrastarlas; esos tuiteros tan graciosos probablemente están plagiando la creatividad de alguien que no querrá (porque es alguien inteligente) publicar nada ingenioso en la marabunta internáutica; esas cosas que compras online porque tal o cual influencer pagado por multinacionales te asegura que es lo más de lo más no es realmente lo que quieres, pero lo acabarás comprando igualmente porque es cool; y ese amigo al que hace tiempo que no ves y con el que hablas por WhatsApp vive dos calles más allá de la tuya, pero mola más mandarle GIFs y emojis que contarle las cosas a la cara con una cerveza o un café. Todo gracias a la maravillosa tecnología, que te lo pone todo al alcance de tu mano, jamás mejor dicho que ahora.

Quedar con ese amigo para contarle lo que te pasa cara a cara no es moderno. Comprar en una tienda física y buscar lo que te gusta entre muchas cosas, con tu propio criterio, no es cool. Leer una noticia en una red social y quedarte con ella como verdad absoluta es ley. Y todo gracias a este montaje, un esperpento a nivel mundial, orquestado desde el principio de los tiempos por unos pocos para controlar a otros muchos, sólo que con unos medios que esos pocos jamás soñaron y ahora manejan a su antojo para feliz desgracia nuestra. Una auténtica máquina de ordeñar nuestros cerebros y sobre todo nuestros bolsillos, lo primero ansiado por los gobiernos para perpetuarse en el poder, lo segundo por las empresas mastodónticas que se benefician directamente de esos gobiernos con leyes absurdas que en vez de ir a favor de las personas van directamente a llenar las arcas de multinacionales cada vez más ricas, podridas de dinero… Dinero que extraen metódicamente de nuestra cartera.

Querid@ amig@, hazte sólo alguna de estas preguntas cada vez que en tu quehacer diario tengas que echar mano de la tecnología: ¿Es esta noticia verdadera? ¿Lo que cuenta esta persona lo ha pensado o lo ha copiado? ¿Verdaderamente necesito esto que voy a comprar, o habrá algo que no está ahí online que sea mejor? ¿Es mejor mandarle emojis a ese amigo que invitarle a un café y contaros cómo os va la vida?

Y sobre todo pregúntate si cada vez que un dato tuyo pasa por internet sabes a dónde va a parar, porque te sorprendería (y no para bien precisamente) saber lo que saben de ti todos los gobiernos y esas grandes empresas. Maldita esa tecnología que puede salvar vidas en un hospital según dónde vivas y el tamaño de tu cartera, o en la carretera porque el coche que te puedas permitir tenga tal o cual ayuda a la conducción realmente necesaria en caso de accidente en vez de una pantallita de 8” para ver bien el logotipo de los 40 principales mientras oyes la radio. Bendita la tecnología de a diario, diseñada expresamente para encarcelar la mente de mujeres y hombres en un Matrix que no tiene nada de virtual, sino que es muy, muy real… Y que tienes en la palma de tu mano tan idiotamente feliz, somatizado.

Recuerda estas letras cada vez que tengas a alguien conocido delante y te des cuenta de que no les estás prestando la más mínima atención a lo que te dice porque en tu mano tienes tu Matrix particular, donde te sumerges, te zambulles, naufragas y te dejas ir hasta el fondo. Porque así es amig@, los coches no vuelan pero tú vives en Matrix. Y si no lo sabes ya después de leerme y pensar un poco en ello mereces quedarte ahí.

Para siempre.

lunes, 18 de agosto de 2025

Madurando

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16/05/2021
Madurando. Observar el proceso de transformación de un ser vivo proporciona una sensación de bienestar. Ayuda a comprender que cada estado tiene su momento. Y en ese tiempo las cosas no pueden ser de otra forma. Aceptar el ritmo, no pretender acelerarlo. Los frutos se recogerán cuando llegue el día. A veces nos cuesta respetar el tempo de nuestra propia sinfonía. Con frecuencia veo esto en terapia y mi rol en esos casos es el de ejercer de directora de orquesta, marcando el compás.

Texto e imagen de Maite Márquez Martín

domingo, 10 de agosto de 2025

A su ritmo

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16/05/2021
Cada girasol crece a su ritmo. Los factores que hacen que unos lo hagan antes que otros son múltiples. La tierra, el agua que les llega, la luz, el aire. Incluso hoy había algunos tirados por el suelo, con su tallo tronchado. Alguien les ha pasado por encima aparentemente con algún vehículo. Por la estrechez del camino donde yacían en hilera, lo más probable es que hayan sido víctimas de las ruedas de una moto. O más bien, del maltrato de quien la conducía. El crecimiento personal de los seres humanos también depende de diversos factores, externos e internos. De ahí que la terapia deba ser personalizada. Adaptada a las características y circunstancias de quien estemos tratando. Y a veces eso incluye al profesional que atiende, que puede no ser la persona adecuada para un caso. En ocasiones encontramos a personas que se sienten como esos girasoles tirados por el suelo. Sosteniendo su vida con las últimas fuerzas que le quedan. Personas que han sufrido un maltrato semejante. Y lo que es peor, que lo han interiorizado y se maltratan a sí mismas. Afortunadamente, las personas tenemos más capacidad de regeneración que esos girasoles pisoteados. Y aunque no sea fácil, siempre se puede volver a girar siguiendo al sol. O tal vez mirar a la luna.

Texto e imagen de Maite Márquez Martín

miércoles, 6 de agosto de 2025

sábado, 2 de agosto de 2025

Las cosas no son de un color

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02/05/2021
Las cosas no son de un color. Es nuestro ojo el que las percibe así. Y lo hace según las longitudes de ondas de la luz que capta. Los colores nos transmiten una serie de sensaciones, emociones. En parte porque los asociamos con la naturaleza de algunas cosas que vemos con dicho color. Este hecho es utilizado de forma consciente en publicidad por ejemplo. Y también de manera consciente o inconsciente cuando elegimos la ropa que nos ponemos, cómo pintamos las paredes de nuestra casa o el color de los muebles. Sabemos que con los colores generamos una respuesta en nuestro organismo, o en el de las demás personas. Y aunque hay un efecto general, no siempre nos atraen los mismos colores, ya que depende del significado personal que les damos, que estará mediado por nuestras propias experiencias.

Texto e imagen de Maite Márquez Martín