
...Esta mañana miré los cristales, esos cristales rotos
que adornan las ventanas de mis manos,
y no intenté arreglarlos...
Así nos atrapa, desde la primera página, Poemas o cartones mojados de Javier Revello. Consigue meternos en su piel y que miremos a través de sus gafas la vida. Por eso temblamos, deseamos, nos indignamos, anhelamos y soñamos con él, nos deslizamos por sus versos como lo hacemos por el cuerpo de nuestro amante: despacio, recorriendo y disfrutando de cada recoveco; al degustarlo no nos deja indiferentes, nos estremece igual que Eddie Vedder lo hace con black o Tom York con Street spirit (fade out).
Sólo tenía 17 años y se preguntaba ¿Qué hay más fértil que la juventud? y nos demostraba esa vitalidad en covers (Hallelujah) y poemas donde sentimos que se entrega con toda sinceridad: Que llego tarde/ porque tengo miedo/ es más creíble,... Donde nos hablaba de amor y otras realidades amargas: ...La vida sigue su curso./ Pero el muerto sigue/ en la camilla.
Aún no hay una fecha establecida para la salida de su próximo poemario pero esperemos que sea pronto. Mientras tanto podemos volver a disfrutar de él en las antologías La mirada del hoy y Sexo Oral.

Sólo hay un punto anaranjado y, a veces, el destello se expande por el cenicero. Noto que me consumo con el cigarro.
- Técnicamente yo no lo maté.
Te voy a hacer una oferta que no podrás rechazar, enséñame la pasta. A Dios pongo por testigo que nunca remataré una vida humana, aunque soy satánico y de Carabanchel. He visto cosas que jamás creeríais y, francamente, querida, me importa un bledo. El mundo se divide en dos, los que tienen un arma, y los que van a morir, te saludan.