28/05/2021
¿Comenzó
el día prometiendo bellos reflejos? No. Comenzó el día con un bello
amanecer. Y fui yo la que pensé en ese momento cómo sería el atardecer.
Cuántas veces nos pasa eso en nuestra vida. En vez de disfrutar
tranquilamente de lo que tenemos, nos perdemos en lo que puede venir. En
unas ocasiones pensando que lo siguiente será mejor. Y si luego no es
así nos frustramos y además no hemos disfrutado lo anterior. Incluso si
lo seguimos conservando, ya no nos parece igual de bueno que al
principio. En otros casos, el mecanismos mental que nos impide disfrutar
de lo que tenemos es aún peor. Cuántas veces he escuchado decir:
"demasiado bien está saliendo todo, algo malo va a pasar". Quizás este
segundo mecanismo es una defensa del anterior. Trata de impedir una
euforia que vaya a más, adelantando cosas mejores y que luego pueda ser
más grande la caída. Pero por qué no vivir sólo el presente. Ahí no hay
euforia que vaya a más sin sentido. La emoción que hay es la que
corresponde a lo tenemos aquí y ahora. Puede que dentro de media hora no
esté. Como desapareció esa imagen del amanecer. Pero nos quedará para
siempre la satisfacción que nos ha producido. Sin añoranza. Eso sería
quedarnos en el pasado y también nos impediría disfrutar del presente,
que siempre nos trae cosas nuevas.
Texto e imagen de Maite Márquez Martín